El 44 por ciento de los niños y adolescentes entre 7 y 17 años en Madrid opina que dedica demasiadas horas a hacer los deberes y para el 77,8 por ciento son aburridos, según el estudio de Ikea Salvemos las cenas: cómo influyen los deberes en el día a día de los hogares españoles.
Este informe revela además que para el 47,1 por ciento de los padres madrileños los deberes impiden a los niños jugar o hacer otras actividades, frente al 40,7 por ciento de media.
De hecho, el 39 por ciento de los padres declara que sus hijos dedican de media entre 30 minutos y 1 hora al día y un 34,9 por ciento menciona que entre 1 y 2 horas.
El estudio recoge los resultados de 2.400 entrevistas realizadas en todo el ámbito nacional a padres con hijos de entre 7 y 17 años, niños y adolescentes de ese mismo rango de edad, así como profesores de primaria y secundaria.
Una de las principales conclusiones que se desprende del estudio es que el 80 por ciento de los padres cree que debería haber algún cambio en el concepto de deberes, bien dedicándole menos tiempo a hacerlos, bien realizando actividades como leer libros, consultar en la red, ver una película o visitar un museo.
En esta misma línea, el 95 por ciento de los profesores de primaria y secundaria cree que hay otras actividades más allá de los deberes diarios que pueden ayudar a los niños a reforzar sus aprendizajes como «las tareas cotidianas», el 79,7 por ciento o el juego, con un 13,7 por ciento.
Para el catedrático de Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid , Rafael Feito, «algunos datos interesantes del estudio son que padres y madres consideran que los deberes son actividades meramente rutinarias alejadas de la creatividad.
Además, Feito ha asegurado que «aunque los profesores dicen que son ellos quienes determinan los deberes, indican que en realidad se atienen a los contenidos de los libros de texto».
En la actualidad, un 65 por ciento de los padres opina que sus hijos se sienten agobiados o cansados por el tiempo que le dedican a los deberes; un 43,6 por ciento de los niños afirma que los deberes les agotan y les dejan poco tiempo para estar con la familia y amigos, si bien para un 56,4 por ciento de ellos los deberes les ayudan a trabajar mejor en el colegio o instituto.
Para Eva Bailén, madre y promotora de una campaña en Change.org «en general son necesarios muchos cambios en la educación española, no solo en cuanto a los deberes, sino también en las metodologías empleadas en el aula.
En la misma línea, Bailén ha destacado que «muchos niños se aburren en clase, y además cuando llegan a casa tienen que seguir haciendo deberes igualmente aburridos» y ha añadido que «asocian aprender con algo tedioso, cuando no debería ser así».
«Es importante no crear en los niños y adolescentes ese sentimiento de que aprender es un rollo», ha apostillado.
Por otra parte, el 62,4 por ciento de los padres cree que los deberes consisten en hacer ejercicios repetitivos o memorizar, un 22 por ciento.
En cuanto a la tipología de deberes, una gran mayoría de los profesores, un 81 por ciento, dice seguir las actividades que figuran en el programa de estudios.
Respecto al tiempo que los niños dedican a los deberes, para un 33 por ciento de los padres es excesivo. El 39 por ciento declara que sus hijos dedican de media entre 30 minutos y 1 hora al día, y un 34,9 por ciento mencionan que entre 1 y 2 horas.
Del mismo modo, los niños y adolescentes tienen una percepción similar a la de sus padres con respecto al tiempo que le dedican a los deberes: entre 30 minutos y 1 hora para el 41 por ciento y entre 1 y 2 horas para el 33,8 por ciento.
Además, el 42,4 por ciento cree que tiene que dedicar demasiadas horas a hacer deberes en casa y para el 72 por ciento son aburridos.
Esta percepción contrasta con la que tiene la mayoría del profesorado de primaria y secundaria que afirman no mandar deberes habitualmente, un 59 por ciento.
Para el 41 por ciento restante que sí declara mandar deberes, el principal objetivo es «que los niños puedan practicar e interiorizar los conceptos aprendidos en clase», un 62,7 por ciento o «generar un hábito de estudio», un 28,8 por ciento.
Respecto al tiempo de dedicación a los deberes, el 45 por ciento de los profesores considera como óptimo dedicar a diario entre 30 minutos y 1 hora, y solo el 11,3 por ciento cree que deberían ocupar a los niños entre 1 y 2 horas.
Eva Bailén cree que «una de las razones por las que los deberes han llegado al extremo de ser desbordantes es porque se ha extendido la creencia de que hay que acabar todos los ejercicios que se proponen en los libros de texto y cuadernos de ejercicios asociados a ellos».
«Es curioso que dependiendo del proyecto editorial escogido para un determinado curso los niños puedan tener más o menos deberes, y en consecuencia más o menos tiempo libre, lo que llega a afectar incluso a la hora en la que toda la familia puede por fin reunirse para cenar», ha señalado Bailén.
Además ha afirmado que «es importante que los docentes sean conscientes del tiempo que lleva completar todos esos ejercicios y estimar realistamente la dedicación que necesitaría para no desbordar a los niños hasta el punto de que no tengan tiempo ni de jugar y hay que tener en cuenta los diferentes ritmos de todos los niños, para no perjudicar a aquellos con ritmos más lentos».