La Comunidad de Madrid ha extraído 24.800 toneladas de aceite industrial de la laguna del aceite de Arganda del Rey desde que en octubre de 2014 comenzaron los trabajos de limpieza de esta balsa.
La presidenta regional, Cristina Cifuentes, que visitó este lunes este espacio junto al consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, Jaime González Taboada, y el alcalde de Arganda, el socialista, Guillermo Hita, aseguró que su Gobierno «tiene un firme compromiso con la protección del medio ambiente», que incluye la recuperación de espacios degradados como el de la laguna del aceite, que está situado en el Parque Regional del Sureste.
La Comunidad de Madrid está trabajando para hacer posible la completa desaparición de unas balsas con residuos de aceites industriales contaminantes, cuyo origen se remonta a más de 30 años. El objetivo es alcanzar la completa restauración ambiental del entorno, incluida su biodiversidad, ya que es un paraje especialmente atractivo para las aves, para las que estas balsas representan un gran peligro.
Cifuentes explicó que los hidrocarburos de la laguna se están destinando a combustible alternativo en industrias cementeras, lo que ha ralentizado los plazos de limpieza previstos, porque «como consecuencia de la crisis» han tenido una demanda menor.
Por su parte, el alcalde de Arganda señaló que esta situación se remonta a los años 70 y 80 cuando parecía que «todo valía» y destacó que la descontaminación de la denominada laguna negra es «vital» para la recuperación de este paraje.
Guillermo Hita puso en valor la limpieza de la laguna, por la necesidad de tener un entorno industrial sano y por el turismo, ya que ahora se están centrando en impulsar esta actividad.
ELIMINAR MÁS DE 50.000 M3 DE ACEITE
La presidenta regional comprobó los avances realizados en esta primera fase del proyecto, donde los trabajos se centran en eliminar los más de 50.000 metros cúbicos de aceites que por su carácter altamente contaminante son valorizados en el momento de su extracción y posteriormente trasladados a centros de gestión, en la mayoría de los casos para su recuperación como combustible alternativo.
Así, las cerca de 25.000 toneladas de residuo extraído hasta el momento han generado una energía equivalente a la electricidad consumida durante un año por más de 68.000 hogares de cuatro miembros, una energía que se ha utilizado en hornos de fabricación de cemento que cuentan con Autorización Ambiental Integrada para el uso de combustible derivado de residuos peligrosos.
Una vez finalizada la extracción del aceite superficial, prevista para junio de 2018, se procederá a la limpieza del sólido que se encuentra en las capas más profundas de la laguna.
Cuando todo el material contaminante haya sido eliminado se ejecutarán las fases segunda y tercera, consistentes en el tratamiento de lodos contaminados y en la recuperación del entorno.
El presupuesto para este año 2017 será de 3.600.000 y desde su inicio la inversión total ha sido de 8.600.000 euros.
El proyecto está liderado por la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid y cuenta para su desarrollo con la colaboración de la Empresa Pública de Transformación Agraria, TRAGSA, encargada de llevar a cabo las labores de extracción y limpieza.
Además, se ha contado con el asesoramiento científico de la Universidad Politécnica de Madrid y su unidad especializada en remediación de suelos contaminados, un campo en el que también se han tenido en cuenta los avances realizados por el IMIDRA (Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario).