A todos nos sonará el famoso Jardín Botánico de Madrid, no obstante, pocos sabrán la historia que le envuelve. Con casi 5500 especies vivas de plantas y árboles, este espacio representa una enorme biodiversidad en el centro de la capital.
Para aquellos que desconozcan los entresijos que este jardín alberga, hay que señalar en primer lugar que la creación del Jardín Botánico de Madrid se debe principalmente a farmacéuticos. Hace décadas gran parte de los remedios utilizados por ellos eran de origen vegetal, lo que conllevaba necesariamente enormes conocimientos de botánica. Todo esto lleva a que muchos de los más importantes botánicos que ha dado España han sido farmacéuticos.
En 1755, el rey Fernando VI mandó crear el Real Jardín Botánico de Madrid, que se instaló en la Huerta de Migas Calientes, en las inmediaciones de lo que hoy conocemos como Puerta de Hierro, a orillas del río Manzanares. En ese momento el jardín contaba con más de 2000 plantas, recogidas por José Quer, botánico y cirujano, en sus numerosos viajes por la Península u obtenidas por intercambio con otros botánicos europeos de la época.
Años después, en 1777, Carlos III ordenó su traslado a su actual localización: en el Paseo del Prado, junto al Museo del Prado (entonces era el Museo de Ciencias Naturales que se estaba construyendo). Cuatro años después se inauguró y el rey nombró como Primer Catedrático a Casimiro Gómez Ortega (farmacéutico), que se encargó del traslado, y a Antonio Palau (también farmacéutico) Segundo Catedrático.
En los años que Casimiro estuvo al frente del jardín, éste evolucionó y creció enormemente ya que se trajeron centenares de plantas de todo el mundo, se realizaron herborizaciones, se escribieron manuales y se formaron botánicos entre otras muchas labores. Desde su creación, en el Real Jardín Botánico se desarrolló la enseñanza de la Botánica, se auspiciaron expediciones a América y al Pacífico, se encargaron los dibujos de grandes colecciones de láminas de plantas y se acopiaron importantes herbarios que sirvieron de base para describir nuevas especies para la Ciencia.
En la Guerra de Secesión el Jardín Botánico sufrió una época de abandono, tristeza y decadencia y, pese que en 1857, siendo Mariano de la Paz Graells director del Real Jardín, se realizaron reformas importantes que aún perduran, en la década de 1880 a 1890, el Jardín volvió a sufrir una decadencia marcada por grandes pérdidas. Se quitaron hectáreas de terreno para construir el Ministerio de Agricultura y un ciclón derribo más de 500 árboles de gran importancia.
Este jardín contiene una parte de herbario, el herbario más importante de España con cerca de un millón de pliegos, una biblioteca y archivo y un banco de Germoplasma (Desde su fundación el Jardín Botánico mantiene un intercambio de semillas con otras instituciones de todo el mundo).
El lugar evoca tranquilidad y conocimientos por si solos, si aún no has entrado a este mágico recinto, visítalo cualquier día de la semana y conoce más acerca del mundo vegetal de nuestra península o del mundo entero.