Los juanetes son una deformidad muy común en los pies. Se basa en una subluxación de la articulación del primer dedo que suele ir asociada a una prominencia del metatarsiano. Se trata de un trastorno bastante común (afecta a entre un 2% y un 4% de la población, siendo más habitual en mujeres) y suele debutar en la adolescencia, pero el problema empora con el paso del tiempo ocasionando dolor en la articulación, problemas para calzarse, deformidad o alteraciones en la piel.
Hasta ahora, los tratamientos conservadores se han basado en el uso de plantillas o cambios de calzado, vendajes, fisioterapia, analgésicos, pero no corrigen el problema. La solución definitiva pasa por la cirugía y ésta ha experimentado una gran evolución en los últimos años.
De hecho, la Cirugía Ortopédica moderna tiende, de un modo evidente, a la utilización de técnicas mínimamente invasivas o percutáneas, que resuelvan o minimicen algunos de los problemas planteados en la cirugía convencional, la abierta, disminuyendo así las posibles complicaciones y mejorando y acortando los procesos de recuperación del paciente. En este sentido, ya existe una técnica quirúrgica novedosa para solucionar los latosos y limitantes juanetes.
Se trata de una técnica microquirúrgica llamada Cirugía Percutánea del Pie (CPP), también denominada MIS (Minimal Incision Surgery, por sus siglas en inglés). Sus mejores cualidades: solo requiere de tres mínimas incisiones, se lleva a cabo en 15 minutos, el dolor es mínimo y lo más innovador, que no se necesita reposo absoluto en ningún momento. El paciente sale del quirófano caminando por su propio pie con vendaje compresivo y con calzado ortopédico, que tendrá que llevar una semana, además de separadores hasta la consolidación de la osteotomía de la falange. Y se puede hacer vida normal muy pronto, si bien es cierto que la inflamación del pie persiste durante un periodo de tiempo diferente en función de las características particulares de cada paciente, pero que se resuelve con calzado amplio y cómodo hasta la completa recuperación.
Todo ello, porque la CPP permite realizar intervenciones a través de pequeñas incisiones sin exposición directa de los planos quirúrgicos. Hay que tener en cuenta que tanto esta técnica como la cirugía convencional son dos opciones complementarias y según la patología y exploración clínica de cada paciente y las posibilidades de cada cirujano ortopédico (material, medios, hábitos, entrenamiento,…) se optará por una u otra técnica. Lo más importante siempre es que se indique cada una de ellas de forma correcta. Así, en el caso de la CPP, hablamos de su utilidad y eficacia para prácticamente todas las patologías del antepie especialmente, para el Hallux Valgus.
La CPP se lleva a cabo en tres gestos quirúrgicos percutáneos. En primer lugar, la buniectomía o exostosectomía (limpiar o raspar el bulto conocido por juanete mediante la utilización de una fresa introducida por una mínima incisión y bajo control radioscópico). En segundo lugar se realiza una tenotomía o sección del tendón abductor, con objeto de que el dedo deje de ser traccionado hacia fuera por el citado tendón. También con incisión de menos de 1 centímetro y con control radiológico. Por último, se realiza una osteotomía (romper el hueso) en cuña de la primera falange del dedo gordo para mantener el dedo lo más derecho posible. Siempre con incisión mínima y control radiológico. Alrededor de 3 meses después de la intervención, se lleva a cabo un radiografía de control.
Los resultados que se están obteniendo con esta técnica son superiores a los que se logran con la cirugía convencional. El control radioscópico intraoperatorio es constante para comprobar los resultados. El dolor postoperatorio es infinitamente menor y la satisfacción de los pacientes que salen andando de quirófano, mucho mayor.
El Dr. Carlos Miranda de Larra y de Onís es Traumatólogo y Cirujano Ortopédico del Hospital Nuestra Señora del Rosario.