La historia de la calle Gran Vía comienza en el siglo XX pero es en 1910 cuando el Rey Alfonso XIII da por terminada las obras de la avenida que disfrutemos a día de hoy.
La remodelación de una vía que descongestionara el centro histórico de Madrid, encomendado por un proyecto por el entonces alcalde, Conde de Romanones, se realizó en tres tramos.
Un primer tramo que duró siete años de obras comprendido entre la calle Alcalá y la Red de San Luis, una segunda fase que afectó hasta la plaza de Callao y un último tramo hasta la actual Plaza de España. En total se tardo 16 años en llevar a cabo el gran proyecto de la calle ancha
Para ello hicieron falta derrumbar más de 300 casas, quince calles desaparecidas, 29.000 metros de adoquines y 9.000 metros de aceras levantadas.
Gracias a su remodelación, muchos locales comerciales y de ocio decidieron asentarse en esta gran vía convirtiéndola en una de las más transitadas de Europa. Edificios emblemáticos como el Carrión, que aguarda los Cines Capitol o el de la Compañía Telefónica con el reloj en la cúspide al más puro estilo newyorkino o el Palacio de la Música o la Prensa e incluso restaurantes como el Museo Chicote, dotan a la Gran Vía madrileña de un renombre internacional.
Es conocida como la mini-Broadway o Quinta Avenida por atesorar cines, teatros y actuaciones musicales llenas de luces de neón y colorido convirtiéndose en un centro neurálgico y emblemático de la ciudad de Madrid.