La excelencia laboral es un concepto innovador y necesario para afrontar la crisis actual. Es la misión de empresarios, equipos directivos y trabajadores, que quieran mantener la rentabilidad, la competitividad y la subsistencia de sus empresas en la vorágine de los mercados internacionales.
Se equivocan -y mucho– quienes sólo creen en la excelencia empresarial; quienes insistentemente hablan de I+D+I, de las innovaciones tecnológicas, y rechazan totalmente la excelencia laboral.
Los profesionales que llevamos años difundiendo conceptos de mejora organizacional para mejorar el rendimiento empresarial y la calidad de vida laboral, que creemos en las empresas y en sus trabajadores y que apostamos por las compañías socialmente responsables nos sentimos muy satisfechos por la labor en beneficio de la sociedad que realizamos. Una labor ardua, silenciosa, de vivencias intensas de soledad profesional, de inseguridades económicas…
Ahora bien, esta misma felicidad profesional es la que me ayuda a reflexionar y a profundizar en las circunstancias adversas que atravesamos.
Tenga muy claro que el concepto “excelencia laboral” es fruto de la inteligencia práctica, no de la teoría. Las experiencias vividas en empresas, dirigidas y gestionadas por excelentes empresarios y profesionales, son las que lo confirman.
Las innovaciones tecnológicas, los profesionales que se orientan hacia la excelencia laboral, con valores de compromiso gerencial, de estilos de gestión empresarial saludables y sostenibles, de un liderazgo democrático y servidor, no son los responsables de la actual crisis.
Los comportamientos gerenciales tóxicos, basados en el egocentrismo del enriquecimiento personal a costa de perjudicar a las empresas que dirigen, a los sectores económicos que representan, a los trabajadores y a la sociedad en su conjunto, son los causantes de la situación en la que nos encontramos.
Para superar las circunstancias adversas en las empresas, es necesario acciones positivas en tiempos de cambio. Y para ello necesitamos mejorar nuestras infraestructuras mentales, llenas de prejuicios y complejos corporativos y profesionales.
Para generar empleo es muy necesario fomentar nuevas iniciativas e ideas -empresariales y profesionales-, desmaquillando a unos cuantos expertos en el buen vivir, golfos de salón que, sin escrúpulos, perjudican gravemente a las empresas que dirigen y asesoran.
La actual crisis nos sitúa en un nuevo escenario en el que el teatrillo organizativo de unos personajes tóxicos (los miméticos, los acomodaos, los expertos en humo, los mandaos, los cuentacuentos y los compadres) son foco de atención de miles de familias (empresarios y trabajadores) que están atravesando unas circunstancias económicas, sociolaborales y personales muy difíciles y duras.
Manuel López Jerez es Consultor Estratégico Organizacional.