En la intersección entre las calles madrileñas de Alcalá, el Paseo de Recoletos y el Paseo del Prado se erige uno de los lugares más simbólicos de Madrid, que además, divide los distritos de Centro, Retiro y Salamanca.
La célebre fuente de Cibeles, que preside la Plaza a la que da nombre, fue esculpida en el año 1782 por el diseñador Ventura Rodríguez. La fuente, dedicada a la diosa griega, esposa del titán Cronos, con los años se ha convertido en uno de los monumentos más fotografiados de Madrid.
Pero, en el lugar que hoy ocupa la Plaza de Cibeles, en sus orígenes había un eje arbolado que separaba el casco urbano de los diferentes conjuntos palaciegos. Pero, se llevaron a cabo una serie de reformas para crear una zona ornamental de jardines y fuente que hiciera las veces de esa división.
Por esta iniciativa, se instaló en 1782 la Fuente de Cibeles junto a otros cuatro grandes edificios como son: el Palacio de Buenavista, el Banco de España , el Palacio de Comunicaciones, actual Ayuntamiento de Madrid y el Palacio de Linares, quedando una plaza cerrada y articulada por edificios emblemáticos.
Con el desarrollo de Madrid como ciudad, la Plaza de Cibeles se convirtió en uno de los puntos neurálgicos de la ciudad y en un importante nudo del tráfico. La Plaza de Cibeles presenta importantes valores históricos-artísticos y paisajísticos, gracias también a los cuatro edificios que conforman su contorno y al conjunto escultórico que ocupa la fuente.
Además, debido a su importancia, la Plaza de Cibeles es escenario de diferentes acontecimientos históricos y sociales, como las celebraciones deportivas de los aficionados del Real Madrid.