La ciudad de Barcelona, España, es una de las más bonitas el mundo. Caracterizada por las obras arquitectónicas y artísticas de Antoni Gaudí, es sin duda el lugar perfecto en el que dejarse caer durante unos días.
De origen romano, su larga historia y su dinamismo económico han proporcionado a Barcelona un impresionante acervo cultural, patente en la conservación de su rico patrimonio histórico-artístico y en el fomento de las corrientes artísticas más novedosas.
La ciudad mediterránea y cosmopolita está muy bien conectada tanto con otras ciudades españolas como extranjeras. Desde Madrid podemos llegar en avión, encontramos vuelos a muy buen precio que aterrizan en el Aeropuerto de Barcelona-El Prat desde el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas (Ryanair, probablemente la más barata, aterriza en los aeropuertos de Girona o Reus). No obstante otras posibilidades son ir en tren, el trayecto dura en ave aproximadamente tres horas y nos deja en la estación de Sants, o ir en coche, tardaremos cerca de seis horas.
A la hora del alojamiento, los barrios más recomendados son Gracia, El Poblenou, El Born y LEixample debido a su situación geográfica y distancia respecto a los edificios y zonas más emblemáticos de Barcelona.
Cada una de sus calles está inundada de historia y cultura, no andaremos ni media calle sin ver algún elemento artístico característico de la ciudad y del arte moderno concretamente. Podemos Caminar a lo largo de las Ramblas para disfrutar de músicos callejeros, estatuas vivientes y el ambiente, también podemos subir al Tramvia Blau para llegar hasta la cima del monte Tibidabo y ver las magníficas vistas de la ciudad que aparece a sus pies.
De entre los elementos más destacados, en primer lugar, y cómo no, se encuentra la Sagrada Familia. Esta basílica del arquitecto Antoni Gaudí (como casi todo lo que hay en la ciudad), se construyó en 1882 y a día de hoy sigue en proceso. El artista no dejó muchos planos de cómo sería en un futuro y sucesivos arquitectos han tenido que ir improvisando sobre la marcha. Por ello, tras más de 100 años, podemos ver como sus fachadas o rincones en muchos casos representan diferentes movimientos arquitectónicos.
El Parque Güell, de Gaudí, fue un encargo por parte del Conde Güell construido entre 1900 y 1914. En sus inicios iba a ser un centro residencial, con casas y zonas comunes pero al final, por falta de demanda, se quedó solo en los jardines. En él podemos ver todos los elementos característicos del arquitecto: mosaicos, fusión con la naturaleza, líneas curvas y el famoso dragón. Es el lugar perfecto para pasear y ver las vistas, no obstante, desde hace unos años, acceder al mirador principal es de pago.
De Gaudí también hay que destacar la Casa Batlló, un gran proyecto lleno de detalles, colores, curvas y desproporciones que nos introducen en un mundo de fantasía, la Casa Milá, a la que podemos acceder, y también la fachada de la Casa Calvet, en su misma línea.
Además, en la ciudad se encuentra el Museo Picasso de Barcelona, el Museo Nacional de Arte Catalán, el Palacio Güell, el Palacio de la Música Catalana o La Boquería entre otros muchos edificios destacados.
No obstante, no solo la ciudad brilla por su carácter arquitectónico y cultural sino también por su variada y rica gastronomía. Si lo que queremos es comer los platos tradicionales catalanes podemos ir al restaurante Can Pineda, Ca l’Isidre o Petit Comité (un tanto elegantes) y si preferimos algo más informal y económico encontramos Bar Nou, EL Xampanyet, El Tropezón o La Báscula de la Cerería.
Ya lo sabes, dispongas de muchos o pocos días para viajar Barcelona es uno de los destinos españoles ideales desde siempre. Historia, arquitectura, cultura, ambiente y gastronomía en un mismo lugar.