En esta ultimas horas, corren ríos de tinta sobre Pedro Sánchez y el Partido Socialista Obrero Español, pero quizás es el momento de recordar la carrera de Pedro Sánchez en Política y de cómo llegó a ser el Secretario General del PSOE.
En el mundo científico el ensayo y la prueba-error son y ha sido básico en el avance y la piedra angular del conocimiento. Durante siglos los científicos han investigado con propuestas e hipótesis, que luego intentaban comprobar o refutar, si éstas eran correctas o estaban en lo cierto.
Si echamos la vista hacia atrás, les puedo asegurar que “tiemblo” al ver los resultados de las “famosas primarias” en el PSOE. (Almunia, Zapatero y Pedro Sánchez), son los frutos de este modelo, que aunque nadie quiere cuestionar porque se considera lo más óptimo y moderno como libre expresión democrática de la militancia de los partidos políticos, acaba dando “estos retoños”.
Quizás los partidos y los militantes deberían tener a su disposición, un método un poco más eficiente y resolutivo para elegir a su nueva elite dirigente, basada en criterios más objetivos y “científicos”. Más allá de tópicos, que “ese mete mucha caña al otro” y “…es muy joven y guapo…”, porque si no, siempre nos caeremos en el precipicio y dejaremos huecos y vacío para que los nuevos “populistas de derechas, de centro o de izquierda”, nos engañen doblemente a todos.
No tengo dudas que la democracia es el mejor de los sistemas, pero la obligación de un partido político y de sus dirigentes, es ofrecer a los ciudadanos el mejor producto por el bien de todos.