La presidenta del PP de Madrid y candidata a la Alcaldía de la capital, Esperanza Aguirre, se ha comprometido este sábado a poner en marcha cursos de natación para que los niños madrileños aprendan a nadar antes de los 9 años y a que la ciudad cuente «por fin» con una pista de atletismo cubierta, concretamente en el polideportivo Gallur, en el distrito de Latina.
«Impulsaré una campaña para que los niños, ojo al parche, sepan nadar antes de los 9 años, que no es fácil en Madrid, donde no tenemos playa ni nada, con cursos de natación», ha explicado. También se ha comprometido a que «en Vallehermoso vuelva a haber una pista de atletismo al aire libre», ha lanzado desde Montecarmelo.
Escoltada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el eurodiputado Esteban González Pons. Aguirre, vestida con falda de tenista y zapatillas, no ha dudado en aprovechar las instalaciones de la Ciudad de la Raqueta para coger una y jugar unas bolas durante unos minutos.
Después de recoger el sentir de la Federación Madrileña de Atletismo y de corredores habituales en parques madrileños, la aspirante se ha comprometido a «señalizar bien los circuitos, arreglar el piso y la iluminación» pensando sobre todo en los meses de invierno, con menos luz. Otras de sus promesas pasan por que todos los colegios e institutos tengan asignado una instalación deportiva para practicar deporte «más en serio».
En su programa electoral lleva la ampliación del horario de las instalaciones deportivas municipales, de 7 a 23 horas; la construcción de nuevos centros deportivos en el Ensanche de Vallecas, Las Tablas, Sanchinarro, Valdebebas y Aravaca; la remodelación de instalaciones antiguas como las de Aluche, La Elipa, Orcasitas, Palomeras, y la organización de torneos escolares por distritos.
Pensando en los «muchísimos jubilados y no jubilados» a los que les gusta andar, la candidata ha anunciado que ampliará el programa de rutas Caminar por Madrid y señalizarlas adecuadamente, sin olvidar el fomento del uso de la bicicleta. Aguirre no ha dudado en opinar que una ciudad deportista es «más alegre, sana, divertida, amable y tolerante» y aunque sus «adversarios» no paran de decir que «Madrid está muy mal», la realidad es que «se puede mejorar» pero no tiene duda de que es «la mejor ciudad del mundo y lo es gracias a los madrileños».