La gran mayoría de los viajeros se preocupan de su bolsillo antes de organizar un viaje. En España, es más habitual valorar el factor económico por encima de otros, como la calidad, los horarios, el tipo de pensión en los hoteles, etc.
Todo comienza en el momento de reservar los billetes de avión. ¿Te da miedo realizar un gasto inicial elevado? Los precios prohibitivos en vuelos son ya cosa de otra época y ahora volar está al alcance de cualquiera. De hecho, en muchas ocasiones, sale más barato viajar en avión que en autobús, tren o incluso en tu propio coche.
La clave está en saber cuándo comprar los billetes de avión. Lo que es evidente, y la mayoría de la gente lo tiene en cuenta, es la importancia de comprar con antelación. No debemos dejarlo para última hora, lo mejor es ponernos a buscar billetes de avión lo antes posible. Cuanto más cerca esté el día del vuelo, más cara suele ser la compra. Los expertos recomiendan comprar los billetes con tres semanas de antelación (como mínimo). En la web Skyscanner puedes buscar vuelos por fecha o por destino, y conseguirlos al mejor precio.
Otra opción es aprovechar los diferentes descuentos que ofertan algunas páginas, como por ejemplo este código descuento Vueling de 20€. Con estos cupones de descuento podras rebajar el precio de tu billete. Recuerda que en algunas aerolineas existe la opción de acumular puntos, que a largo plazo te ofrecen descuentos en tus vuelos, como por ejemplo el Iberia Plus.
Evita viajar los fines de semana y festivos si tienes flexibilidad de fechas. Las compañías aéreas aprovechan esos momentos para subir los precios, ya que la mayoría de los viajeros ajustan sus vacaciones en función de su horario laboral.
El último truco que te recomendamos es que busques vuelos también en aeropuertos cercanos. Hay compañías aéreas que vuelan a aeropuertos secundarios, abaratando así sus costes y ofreciendo billetes más económicos. Además estos aeropuertos suelen estar bien comunicados con las grandes ciudades. Eso sí, infórmate antes, ya que en ocasiones el transporte al centro de la ciudad resulta casi más caro que el propio billete.