¿Quién había dicho que los filmes de terror con adolescentes no daban miedo?
Pues, en muchas ocasiones, yo el primero.
Por consiguente, impulsado por la críticas positivas me he sumergido en el inquietante mundo de la sexualidad adolescente con esta película de título muy social, It Follows (también podría establecer sus intenciones con un interrogativo, ¿Me sigue? y ¿quién o qué?), pues todo lo que rodea a esta producción es un misterio. Magia que pocas veces encontramos en un proyecto de este estilo.
Probablemente, David Robert Mitchell ha entrado por la puerta grande de la aventura que es llevar a cabo una película de terror, intencionada y perfectamente estructurada de principio a fin.
Además, It Follows participa del éxito que tuvieron otros trabajos cuando incluyeron en sus repartos a una nueva camada de actores y actrices, una especie de elementos a la carta para futuros trabajos con otros autores. En este sentido, el casting recuerda a aquellos que emergieron de películas como los Drugstore Cowboys y Mi Idaho Privado de Gus Van Sant, Stand by Me de Rob Reiner, El Club de los Poetas Muertos de Peter Weir, o Animal House de John Landis. Claro que si queremos dar galones a directores que descubrieron a jóvenes intérpretes y los lanzaron al éxito, tendremos que recordar a un genio llamada Francis Ford Coppola y sus míticos lanzamientos de nuevos rostros como The Outsiders y Rumble Fish, o al mismísimo Peter Bogdanovich con The Last Picture Show. Nunca mejor expresado con el título de, Hollywood la fábrica de estrellas.
En It Follows el terror llama e impacta desde los primeros encuadres que terminan con una imagen al borde de un lago, una amanecer retorcido y luminoso que nos previene de la fuerza a la cual nos vamos a enfrentar. Luego, la película acierta plenamente al girar hacia un miedo psicológico, suspense provocado por los enfoques y encuadres, y la presentación de unos personajes que resultan atractivos y con un intenso mundo interior.
El joven director Mitchell te zarandea por las calles y los distintos paisajes del estado de Michigan, con escenarios naturales y construcciones que representan una amenaza en sí mismos. El lago de aguas inquietantes, un coche solitario, un campus de un colegio, un parque de nocturno y columpios, una granja o una planta abandonada, la piscina o un hospital.
Y lo mejor es que Mitchell demuestra una maestría para conseguir los encuadres más impactantes y un manejo de la cámara que ejecuta la mayoría de planos fijos a la perfección (a ras del suelo, postreras o difuminadas al fondo de la imagen principal, claroscuros o intencionadamente iluminadas), giros de 240 grados, travellings y numerosas secuencias que ayudan a su fuerza visual, con el sencillo y meritorio plan de inquietar al espectador.
Maika Monroe es la joven actriz que oculta sus cartas al principio, aunque luego despliega múltiples registros que pasan del terror en estado puro al suspense de estilo hitchcockniano, de la amenaza de un psicópata a la lucha interna entre el amor y el deseo. Por su bello rostro (del que seguiremos oyendo hablar) se muestran todas las huellas de It Follows, desde el miedo a lo desconocido al terror psicológico sin excesos, o del sentimiento de culpa al sentirse atrapada a la resignación de sus decisiones. Meritoria participación como la del resto de compañeros invitados al convite de muerte.