Un gol del delantero francés Antoine Griezmann en el minuto 93 dio tres puntos de oro (1-0) al Atlético de Madrid ante el Sporting de Gijón, un triunfo que devuelve a los rojiblancos a la senda de la victoria, les alza a la tercera posición de la Liga BBVA en la undécima jornada y calma a un Vicente Calderón que se llegó a impacientar.
El Atleti convirtió en un subidón de adrenalina un partido trampa hasta que apareció el galo, que remató de cabeza delante de Cuéllar un pase peinado antes por Godín. El conjunto rojiblanco estuvo espeso en la primera mitad, sin tirar a puerta y siendo Oblak el mejor de los suyos, y en la segunda reaccionó (casi) tarde. Diego Pablo Simeone no contentó, tardó el toque de corneta y los cambios en especial el de Carrasco no gustaron a una afición que exigió más, pero Griezmann le dio la razón.
Los rojiblancos coquetearon con el tercer empate en una semana de competición, encontrándose con un rival respondón y serio atrás. No sólo fue disciplinado el cuadro de Abelardo sino que tuvo ocasiones para truncar el día de las Peñas atléticas. Sobre la bocina, Griezmann dio tres puntos con los que suman 23 y aprovechan el pinchazo del Celta para quedare con la tercera plaza en solitario.
A pesar de la victoria, al Aleti le asoman problemas. Le faltó decisión e ideas en ataque, con la mejor ocasión en la primera mitad siendo visitante en las botas de Halilovic. El Sporting asumió su papel y, a pesar de tener las lesiones de Sergio Álvarez y Guerrero en los primeros minutos, no perdió la compostura. El jugador sensación de los asturianos convirtió a Oblak en el mejor de los rojiblancos en 45 minutos.
Sin ideas arriba y Jackson desaparecido, Carrasco asumió la responsabilidad en la segunda mitad hasta que el Cholo sorprendió al Calderón con su sustitución. El jugador belga, primero en banda izquierda y después en la derecha, llevó el peligro a la meta de Cuéllar coincidiendo también con la entrada de Correa. En la segunda, el meta ex del Atleti detuvo por partida doble las intenciones de un Griezmann que una tarde más, desde su exhibición en San Sebastián, parecía no tener su día.
Por si fuera poco, los de Abelardo respondieron con buenas llegadas, de Castro y un disparo lejano de Jony que supuso el segundo paradón de Oblak. El tramo final ya sí fue asedio local y ahí, la fe rojiblanca encontró premio. Con Godín como tercer delantero, el uruguayo se hizo fuerte en el juego aéreo y con el partido muriendo Griezmann desató la locura en el Calderón y en el Cholo, quien se vio señalado y al final aliviado.