El Spiegeltent con aire cabaretero de los años 30 del nuevo espacio escénico de Madrid en la antigua estación de Príncipe Pío ha acogido la última representación de la temporada de Mejor Dirección Novel, la obra que narra una historia que gira en torno al éxito y el fracaso vistos por unos protagonistas que se aferran al valor de la amistad, interpretada por un elenco de actores jóvenes de calidad y dirigida por Jota Linares («¿A quién te llevarías a una isla desierta?»).
A la vista del éxito de público y crítica logrado, no será con toda seguridad la última temporada de la obra, escrita también por Jota Linares junto a Paco Anaya. Un éxito que cabe atribuir por igual a la elección de un elenco de lujo y a un trabajo de dirección que crece con cada nuevo proyecto y logra un resultado realmente especial en la presentación de los personajes.
La historia, cercana y atrevida, de menos a más, va cogiendo ritmo a medida que avanza y tiene al mismo tiempo algo de belleza decadente y de momentos de comedia histriónica.
El estreno de «Cuatro Septiembres al Año”, película candidata a varios premios Goya, reúne a su directora, Eme Betancourt, y a cuatro amigos (Lidia, Leo, Esteban y Adri) cuyas historias personales han sido la materia prima para la película candidata. Detrás del lujo de la premiere y bajo las lentejuelas, todos ellos tienen secretos que guardar y deseos frustrados que el encuentro sacará a la luz enfrentándoles a su propio reflejo: mientras que Eme ha renunciado a ser ella misma y ha dado la espalda a sus amigos para alcanzar el éxito, Lidia se ha convertido en un producto patético de telebasura para ser alguien. Esteban ha renunciado a su carrera de músico y vende su cuerpo. Y Leo y Adri, a las puertas de la boda de ella, siguen enamorados y sin haber resuelto su ruptura.
Si la entrada en escena de Maria Hervás, interpretando de modo soberbio y equilibrado el personaje de Eme, ha marcado un antes y un después en la obra, la presencia de Celia de Molina (Lidia), con un talento natural para la interpretación y eficaz en cualquier registro, es siempre garantía de éxito. Gonzalo Grillo viene resolviendo de modo impecable el personaje de Esteban y anuncia de lo que será capaz cuando le ofrezcan la posibilidad de trabajar personajes de mayor peso, y Elena Alférez (Leo) e Ignacio Mateos (Adri) nos han regalado y sorprendido con momentos realmente cautivadores e íntimos.
A todos ellos les decimos gracias por hacer buen teatro y les deseamos buena suerte. Hasta pronto.