Los parques de Pozuelo son espacios destinados a funcionar como unos pequeños ‘oasis’ dentro del trajín propio de la ciudad. A continuación, se hablará de cuatro parques, cuatro pulmones, que forman parte de este municipio.
El Monte de Pozuelo, con sus 400 hectáreas, constituye una de las más importantes reservas forestales del municipio. Asimismo, supone la prolongación natural del Monte de El Pardo en una gran superfície al noroeste de nuestro municipio.
Monte Gancedo, al suroeste, tiene una extensión de 125 hectáreas pobladas con abundantes encinas. Alcornoques, coscojas, quejigos, pinos piñoneros y sabinas.
El Parque Forestal Adolfo Suárez se inició en 1991 y finalizó en 1993. Supuso la ordenación de 1.500.000 m2 de superfície, cuya reforestación se llevó a cabo con la plantación de 25.000 especies arbóreas y 95.000 arbustivas (pino piñonero, encina, roble, chopo, fresno, aliso, lavándula, tomillo y santolina).
Goza de una gran riqueza faunística, en la que predominan liebres, perdices, ardillas, cigüeñas, garzas, etc.
La existencia de dos lagos, en su interior ha supuesto su utilización por un importante número de anátidas como lugar de descanso en sus viajes migratorios.
El Parque forestal de Valladares se extiende entre el campus de Somosaguas y las carreteras M-502 y M-503. Tiene una extensión de 45 hectáreas, en dónde está prevista la realización de un campo de golf municipal, así como la construcción de un cauce paralelo a la M-503 y un sistema de lagos artificiales que reducirán los efectos de las posibles crecidas del arroyo de Antequina.