El Paseo de la Castellana o como se lo denominada antiguamente Paseo Nuevo de las Delicias de la Princesa, es actualmente uno de las principales avenidas de la Capital que la cruza y une de Norte a Sur.
En sus orígenes, su trazado correspondía al antiguo cauce del arroyo de la Fuente Castellana, de donde proviene su nombre actual, aunque ha tenido diversos nombres en función de las circunstancias históricas que acontecían en Madrid como, durante la Guerra Civil, Avenida de la Unión Proletaria o durante la Dictadura, Avenida del Generalísimo. En sus inicios surgió como una gran zona ajardinada dedicada al esparcimiento y recreo del pueblo de la Villa de Madrid, al estilo parisino. Más tarde, por su dote de recreo, se convirtió en el lugar más frecuentado por la alta burguesía y las clases pudientes.
Por todo ello, el actual Paseo de la Castellana es uno de las principales calles de Madrid con más edificios y palacios, ya que se convirtió en el lugar de residencia para la nobleza madrileña. Algunos a día de hoy han desaparecido como el Palacio del Duque de Medinaceli sobre cuyo terreno se construyó el Hotel Palace.
En los años 90, el Paseo de la Castellana se asentó como uno de los principales focos financieros y económicos de Madrid con la construcción de la llamada Puerta de Europa de las Torres KIO o el ambicioso y espectacular proyecto de las Cuatro Torres de Madrid, creando un parque empresarial con los edificios más altos de Madrid.
Con sus algo más de 5 kilómetros, el Paseo de la Castellana es una de las principales arterias de Madrid que la cruza y une convirtiéndolo en uno de los focos empresariales y financieros más importantes de la ciudad.