Los bebés reborn son muñecos hiperrealistas originarios de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, pero es en pleno inicio del Siglo XXI cuando empiezan a cobrar fama, siendo inclusive piezas de decoración altamente valoradas monetariamente.
Un bebé reborn es un muñeco que asemeja la imagen de un bebé humano recién nacido, se pueden encontrar de muchos tipos, niñas y niños en su etapa bebé y de cualquier tipología fenotípica, blancos, morenos, ojos claros u oscuros, eso no importa, es a gusto del cliente y en función de su presupuesto, mientras más realista más costoso es el muñeco o muñeca, pueden ir desde los 300 euros hasta los 2.000 o más.
El muñeco es creado por el método Reborning utilizando una muñeca de vinilo a la que se le dan varias capas de pintura, el escultor o escultura, mediante a una delicada y perfeccionista técnica lo dota de características físicas, como pequeñas arrugas y venas, para conseguir el realismo que caracteriza a estos muñecos. Se trata de verdaderas obras de arte que requieren un cuidado especial para evitar su deterioro. Los artistas lo crean con verdadero esmero y con gran calidad, están llenos de materiales tanto internos como externos, por lo que los hace muy delicados.
Los bebés reborn tienen pelo, pestañas, y un peso real. Se suelen comprar por páginas en internet o contactado con algún artista especializado en el método reborning. La robótica también se ha vinculado en los últimos años en este arte, los nuevos bebés reborn tienen la capacidad de “respirar”, es decir, incluyen en su interior un motor que hace que el pecho del muñeco se expanda y contraiga en segundos, dando la sensación de que el bebé está respirando, así como también la capacidad de orinar, mediante la posible ingesta de algún líquido el muñeco es capaz de expulsarlo de la misma manera que un ser humano.
Por lo general los compradores de estos muñecos son mujeres adultas cuyos hijos ya crecieron y echan de menos el tener un bebé en casa, muchos psicoanalistas lo han denominado como el síndrome del nido vacío. Otras por el contrario son mujeres que, por alguna razón biológica, emocional, o económica, no han podido tener hijos o los han perdido.
El coleccionismo de estos muñecos se puede convertir en una obsesión y en un trastorno mental en la medida en que la persona que los “adopta”, porque al comprarlos se le otorga al cliente un certificado de nacimiento, no sepa distinguir la ficción del juego de muñecas con la realidad. En la mayoría de los casos las personas que adoptan un bebé reborn tienden a personificarlo llevándolo de paseo en carros de bebé, dándoles de comer (comida de mentira) cada tres horas, bañándolos y vistiéndolos como si de un recién nacido de tratase.
Los bebé reborn son una verdadera revolución en el mundo del arte y la robótica, un logro de ambos campos pues el realismo puede llegar incluso a ser alarmante.