Las multas de tráfico en la capital han aumentado un 27 por ciento en 2016 con casi una sanción por habitante, según un estudio sobre multas de tráfico municipales de los ayuntamientos de Madrid, Barcelona y Valencia realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Los datos desprenden que las multas más frecuentes en Madrid son las de aparcamiento, ya que una de cada dos multas es por este concepto, lo que ha alcanzado casi el millón de multas anuales.
Mientras las sanciones donde se ha observado un mayor incremento durante el último año, son aquellas directamente relacionadas con la presencia de cámaras o radares de control, es decir, multas por circular en una zona restringida a residentes, por rebasar un semáforo en rojo y por exceso de velocidad.
OCU considera «muy curioso» la estacionalidad diferente según años. Durante 2016 las multas aumentaron considerablemente en primavera y otoño mientras que en el 2015 el incremento se produjo en los últimos meses del año, coincidiendo con el cierre fiscal.
«Llama la atención además el superávit generalizado respecto a las estimaciones iniciales en todos los ayuntamientos analizados, en Madrid supuso un 65 por ciento, en Barcelona un 28 por ciento y en Valencia un 85 por ciento», ha añadido la organización.
Por su parte, según los datos, sólo un 14 por ciento de las personas que reciben una sanción decide recurrir la misma y sólo un 30 por ciento gana la reclamación. Por ello, OCU considera que «la situación actual ante una sanción es muy desalentadora para el consumidor y que sólo se encuentran obstáculos».
Además, el hecho de que aceptar la reducción por pronto pago anule cualquier posibilidad de presentar alegaciones también desincentiva a los consumidores, que «se ven forzados a aceptar la sanción para evitar acabar pagando un importe muy superior ante las escasas probabilidades de éxito de su reclamación».
De hecho desde el 2010, cuando la reducción por pronto pago pasó del 30 al 50 por ciento, los pagos se han incrementado un 27 por ciento.