Seis alumnos de primero de Bachillerato y uno de 3º de la ESO del instituto El Burgo de Las Rozas representarán a España en la final europea de un concurso internacional de la Agencia Espacial Europea, que se celebrará en Bremen (Alemania) del 28 de junio al 2 de julio. El satélite que han construido, fabricado mediante impresión en 3D y del tamaño de una lata de refresco, será lanzado a mil metros de altura con un pequeño cohete, y se medirá con los proyectos ganadores de 16 países europeos, entre los que se encuentran la propia Alemania, Reino Unido, Bélgica, Dinamarca, Italia… Todos ellos han ganado sus respectivos concursos nacionales.
El equipo de El Burgo, coordinado por el profesor de Equipos Electrónicos y Tecnología Francisco Viñas, hicieron lo propio, con éxito, el pasado mes de abril en Zaragoza, donde se hicieron con el primer puesto del Concurso Nacional de Can Sat Caesar Augusta.
Los siete chavales (Fernando Bermúdez, Efrén Boyarizo, Pablo Campos, Fernando Celaya, Samuel Nevado, Enrique Teja, más Jaime Pérez, de 3º de la ESO) han mostrado el satélite a sus compañeros de instituto y profesores, y al alcalde, José de la Uz, a quienes han explicado cómo lo diseñaron, cómo hicieron las mediciones pertinentes para determinar la habitabilidad en otros planetas y las pruebas que fueron descartando.
El alcalde les ha dado muestra del apoyo institucional por la gran labor de representación de la ciudad y su excelencia educativa que están realizando fruto de su intenso trabajo. “Sois un orgullo para todos nosotros. Tenéis un gran instituto y sois capaces de hacer grandes cosas”, les ha dicho De la Uz, que lo hizo extensivo al otro equipo de este centro educativo público que también participó en el proyecto, si bien no pudo ser seleccionado. Además, se comprometió a que el Ayuntamiento de Las Rozas financiará los viajes, estancia y manutención.
Bautizado como La Burgoneta Espacial, su objetivo es que pueda recoger datos meteorológicos para determinar la habitabilidad del planeta destino y transmitir en vídeo la caía en directo vía streaming con una cámara de a bordo. Ya en Zaragoza y en el Aeropuerto de Teruel, cuando se lanzó, el pequeño satélite recogió la temperatura y la presión del aire, como misión principal. Como misión secundaria, realizó la transmisión en video de la caída en tiempo real con una aplicación móvil, tomó medidas atmosféricas, midió parámetros del efecto invernadero, determinó la presencia de radiaciones ultravioleta y realizó fotografías para hacer un levantamiento topográfico.
Además, les trasladaron que desde la final del concurso nacional han podido corregir diversos fallos o disfunciones que han ido percibiendo. Estos días, embargados por la ilusión del viaje a Alemania y de poder representar a los estudiantes de toda España, pero con el ritmo frenético del final de curso, trabajan sin descanso en esos puntos de mejora localizados, como la robustez mecánica, que el dispositivo tiene que soportar la aceleración de 20 g del cohete lanzadera que subirá el satélite hasta una altitud de 1000 metros. También están planteando mejoras en el diseño, en los circuitos, en la APP y están confeccionando un nuevo paracaídas.
El satélite, un CANSAT, tiene giróscopo, brújula y GPS, además de dos ordenadores en su interior. Pesa 327 gramos y todos sus componentes han sido diseñados, confeccionados y ahora perfeccionados por los siete alumnos. Para evitar problemas de última hora y asegurar el lanzamiento, llevarán dos satélites gemelos.