La Garbancera Madrileña conmemoró su primer año de vida incorporado a la asociación tres nuevos socios, los ayuntamientos de Colmenar del Arroyo, Villamanta y Valdemorillo, degustando un tradicional cocido madrileño en el primero de éstos.
Al cocido se sumaron productores y alcaldes de los municipios ya adheridos más los regidores de los pueblos que este jueves se sumaron a La Garbancera. El trabajo de esta asociación se inició hace más de un año, cuando alcaldes y agricultores de 14 municipios de la comarca Oeste de Madrid, decidieron sumar esfuerzos para, junto al Instituto Madrileño para el Desarrollo Agrario (IMIDRA), recuperar el cultivo del garbanzo autóctono de la zona.
El objetivo de esta unión era claro. El plato más típico de la cocina madrileña, el cocido madrileño, tenía que elaborarse con garbanzo de Madrid, tal como se venía realizando tras siglos de tradición. Sin embargo, en las últimas décadas, se ha estado elaborando con garbanzos traídos desde otras regiones españolas, incluso de países como Canadá.
Su producción, que básicamente se destinaba al autoabastecimiento de la zona, poco a poco se fue perdiendo por la delicadeza de este garbanzo y por el gran esfuerzo que destinaban lo agricultores a obtener unas cosechas que no resultaban excesivamente abundantes. Tan solo quedaba una muestra de un pequeño número de semillas conservadas en estado de congelación por el IMIDRA.
Y gracias al esfuerzo conjunto de estos agricultores y alcaldes y del IMIDRA, hoy es ya una realidad, que cumple un año. Actualmente, la Garbancera, de la mano del IMIDRA, están trabajando en la investigación que posibilite y permita mejorar las técnicas de cultivo, para aumentar su rendimiento y mejorar la calidad del producto final.
Los 17 municipios que conforman ahora La Garbancera Madrileña dedicarán este 2018 más de 200 hectáreas al cultivo del garbanzo de Madrid con el objetivo de llegar a 100.000 kilos de cosecha