MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
El Museo del Prado ha presentado este lunes 7 de mayo el retrato ‘Josefa del Águila y Ceballos, luego Marquesa de Espeja’, que fue donado por la patrona de la pinacoteca Alicia Koplowitz el pasado mes de abril y con la que se espera que «tenga un carácter aleccionador» para futuros mecenas en el año del Bicentenario.
«El año que viene tenemos el cumpleaños del museo y, como en todos los cumpleaños, se reciben regalos como éste, que es magnífico. Esperemos que tenga un carácter aleccionador, porque una donación lleva a otra», ha explicado el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, durante la presentación de la obra.
En esta misma línea, el presidente del Patronato, José Pedro Pérez-Llorca, ha reconocido que esta donación puede «servir de estímulo» para que lleguen otras durante el Bicentenario. «Esto demuestra que estas cosas se pueden hacer, aunque no haya salido todavía la Ley del Mecenazgo y la figura del donante sea escasa», ha aseverado.
Pérez-Llorca ha resaltado que el Prado tiene «un programa muy ambicioso» para la celebración del Bicentenario y desde la pinacoteca «se está luchando para conseguir dinero». «Por una parte, que venga del Estado y por la otra, de la sociedad española. Que una personalidad tan conocida como Alicia Koplowitz haga una donación espero que sirva de ejemplo», ha defendido.
ADQUIRIDO POR 300.000 EUROS
‘Josefa del Águila y Ceballos, luego Marquesa de Espeja’ estará de forma permanente en la sala 62 B del edificio Villanueva del museo, junto a otras obras de Federico de Madrazo, quien fuera director del Prado de 1860 a 1868 y de 1881 a 1894. La retratada es doña Josefa del Águila, casada en 1850 con José María Narváez, II duque de Valencia, y tenía 26 años cuando se pintó el lienzo.
La historia de cómo este cuadro ha acabado en el Prado parte de cuando se pidió un permiso de exportación para vender la obra fuera de España. Ésto levanta el interés de Koplowitz, quien decide adquirir el cuadro –por un precio de 300.000 euros, según han explicado fuentes de la pinacoteca– y donarlo «de manera que esté ligado al Bicentenario».
EL MEJOR PERIODO DE MADRAZO
Esta obra, que ya visitó el museo en el año 1994 con motivo de una muestra monográfica dedicada a Madrazo, es una de las más relevantes del periodo de madurez del artista. Fechada en 1852, aparece recogida en el inventario manuscrito del pintor como ‘retrato de la vizcondesa de Aliatar’, que era el título que entonces ostentaba la efigiada, en unprecio de doce mil reales. Sin embargo, el pintor volvió sobre la pintura a principios de 1854 y la terminó y entregó en ese año.
«La obra tiene gran calidad y está enmarcada en los mejores años de Federico de Madrazo», ha afirmado la conservadora de la colección Koplowitz, Almudena Ros. En esta misma línea se ha mostrado Falomir, quien ha resaltado que «se inscribe perfectamente» en el museo debido a «su extraordinaria calidad» y su «perfecto estado de conservación».
A día de hoy, el Museo del Prado no contaba con un retrato femenino de Madrazo de cuerpo entero en exterior durante la década de 1850, que es, justamente, la de mayor calidad en la trayectoria del mejor retratista español en ese decenio en el que obtuvo fama internacional.