MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
La Fundación BBVA acogerá este jueves a las 19.30 horas en su sede de Madrid, la conferencia ‘Monstruosa progenie’ en la que la catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad de Valencia, Isabel Burdiel analizará el mito de ‘Frankenstein’, en el aniversario del bicentenario de su publicación, según ha comunicado la fundación.
El título del evento hace referencia a una frase que escribió la propia Mary Shelley en el prefacio a la tercera edición de su novela, publicada en 1831: «Y ahora, una vez más, permito que mi monstruosa progenie salga a la luz y prospere». Según Burdiel, en aquel momento la autora de Frankenstein ya era consciente de que «había creado un ser que escapaba a su control, que tenía una monstruosa, extraordinaria y quizás terrible capacidad para devorar el nombre, la identidad y las propias intenciones de su autora».
Además, aquel relato que «hizo fortuna en la cultura popular», según ha asegurado Burdiel, traspasó también sus fronteras y actualmente «se estudia en los más diversos programas académicos, desde la historia de la ciencia a la filosofía, la ética, la crítica literaria feminista o la historia política».
Asimismo, la catedrática ha señalado que ‘Frankenstein’, sigue siendo el icono de la ciencia que «juega a ser Dios», una idea que alude a las advertencias sobre los posibles riesgos de la investigación científica que manipula la vida, o incluso «fabricar» nuevos organismos en su laboratorio.
De hecho, según Burdiel, en los últimos años, la fábula del monstruo engendrado en el laboratorio que se rebela contra su creador se ha invocado para alertar sobre los supuestos peligros de muchos de los principales hitos de la ciencia contemporánea, desde los alimentos transgénicos (denominados ‘Frankenfoods’ por las organizaciones ecologistas), la clonación de la oveja Dolly y la fabricación de ADN sintético, hasta la edición genética de la técnica CRISPR, la implantación de chips en el cerebro (el ‘hombre cyborg’) o la creación de robots más inteligentes que los humanos que podrían rebelarse contra sus creadores.
«Sabemos por sus diarios que las conversaciones sobre descubrimientos científicos eran muy habituales entre los Shelley y Byron y en las tertulias de la casa de su padre, el filósofo William Godwin», ha apuntado Burdiel. En este sentido, la idea que más fascinó e inspiró a Mary Shelly era que la electricidad podía ser el origen de la vida, y que podría reanimar a los organismos. Además, según Burdiel, «Shelley también conocía el trabajo de Frank von Frankeneau, que inspiró el nombre del protagonista de la novela», un científico alemán que investigaban sobre la posible reanimación de tejidos biológicos.
En esta línea, Burdiel considera que la fuerza «icónica» del mito de ‘Frankenstein’ tiene mucho que ver con el hecho de «une las distintas inquietudes o ansiedades del hombre moderno ante el temor a que las fuerzas convocadas para lograr el progreso se vuelvan contra sus creadores, que han pretendido crear una sociedad perfecta».
No obstante, la historiadora resalta que «no se trata de defender una visión reaccionaria sobre el progreso», sino de reflexionar «sobre las preguntas y los dilemas morales que plantea y sobre las utopías de perfección».
Asimismo, la historiadora considera que ‘Frankenstein’, «ha sido considerada erróneamente una novela gótica» y la considera como un «claro representante de la novela romántica». «Frankenstein refleja la idea Romántica de que los seres humanos se construyen en su relación los unos con los otros. El monstruo no sabe que es un monstruo, simplemente percibe que es rechazado por los demás, y cuando mira su imagen en un estanque, reconoce que es el monstruo que dicen que es», explica Burdiel.
A su juicio, la novela plantea una reflexión sobre «cómo se construyen las identidades», y sobre todo «cómo se decide que alguien es monstruoso y se le obliga a convertirse en un monstruo». «La criatura es buena y virtuosa, pero es el rechazo del que es objeto lo que le convierte en un monstruo. En ese sentido Frankenstein explora la relación entre el yo y el otro en la construcción de la identidad, que es un tema clásico del Romanticismo», añade.
Por ello, para Burdiel «este cuento de fantasmas tuvo y todavía tiene una dimensión de viaje estremecedor a la propia identidad como la fuente de toda inquietud, de todo terror». «Es una reflexión sobre cómo se crean los monstruos, sobre la tenue línea que separa lo normal u ordinario de lo extraordinario o monstruoso», ha concluido.