A solo 48 kilómetros de Madrid, pero en plena Sierra de Guadarrama, cuenta con más de 5.000 habitantes y se encuentra a 908 metros de altitud.
Manzanares el Real es una de las localidades más emblemáticas de la sierra de Madrid. Situada prácticamente dentro de La Pedriza, como si formara parte de su macizo granítico y con vistas al falso lago que es el Embalse de Santillana. A solo 48 kilómetros de Madrid, pero en plena Sierra de Guadarrama, cuenta con más de 5.000 habitantes y se encuentra a 908 metros de altitud.
Sus orígenes son curiosos y desconocidos por muchos. En el enclave de “Los Aljibes” se conservan pinturas rupestres de la Edad de Bronce. Años después, El Rey Alfonso VII había adjudicado el territorio, que llegaba hasta El Valle del Lozoya, al alfoz de Madrid. Esto causó descontento en Castilla y los segovianos crearon Manzanares para reivindicar su poder sobre el territorio.
Esto dio lugar a un periodo de conflicto que cesó cuando Alfonso X se incorporó a la Corona y le dio el nombre de El Real de Manzanares. Su máximo esplendor lo alcanzó en el siglo XV con los Mendoza. Alfonso XI concedió el señorío a su mayordomo mayor, Pedro González de Mendoza. Íñigo López de Mendoza recibió el título de conde del Real de Manzanares y de marqués de Santillana en 1445. Los Mendoza legaron a Manzanares el Real su castillo-palacio.
LA CORTE LITERARIA DE MANZANARES EL REAL
Antes de retirarse al palacio del Infantado de Guadalajara, Íñigo López de Mendoza residió en el castillo viejo de Manzanares el Real. Este era un importante político e intervino en todas las luchas políticas de la época, con gran influencia en ellas. El autor de las Serranillas creó en Manzanares El Real una de las mejores bibliotecas de su época. La Corte literaria del marqués se aglutinó a un gran número de poetas y artistas que dieron lugar a tertulias que se hicieron famosas en la época.
El Castillo de Manzanares el Real se erige sobre una atalaya y la ermita de Santa María de la Nava. Un palacio fortaleza que hoy acoge una exposición de los castillos españoles y una colección de tapices. Otro monumento de referencia en el municipio es la ermita de Nuestra Señora de la Peña Sacra. Un mirador a 70 metros de altura sobre una peña desde el que se observa una magnífica vista de La Pedriza. También resisten algunos muros del castillo viejo, aunque en no muy buen estado.
LOS INICIOS DE LA ENERGÍA HIDROELÉCTRICA
El embalse de Santillana supuso la introducción de la energía hidroeléctrica en Madrid. Fue Joaquín Arteaga Echagüe, duque del Infantado, marqués de Ariza y de Santillana el que rompió con la energía producida únicamente los motores de gas y de vapor. El proyecto consistió en un plan muy ambicioso de presas y centrales hidroeléctricas. Este plan redujo el coste de la electricidad de forma notable.
MONTAÑAS Y LEYENDAS
La Pedriza fue zona de bandoleros, según la leyenda. En esta zona montañosa donde se funden cuarzo, feldespato y mica, se dice que la presencia de bandoleros en La Pedriza era constante. En la Peña del Indio se encuentra el alcornoque del Bandolero, dos troncos que casi alcanzan once metros de altura. Cuenta la leyenda que este era el refugio de “el Terror de la Pedriza”, Pablo Santos. Otra leyenda cuenta que en el Cancho de los Muertos una dama fue raptada por tres bandoleros que acabaron muriendo al caer por un barranco.