OVIEDO, 16 (EUROPA PRESS)
El jurado del Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2018 ha destacado este miércoles, tras la lectura del fallo, los valores del alpinismo que representan sus ganadores, los alpinistas Reinhold Messner y Krzysztof Wielicki, así como sus «hazañas increíbles» a lo largo de su vida deportiva.
Reinhold Messner, primer hombre que conquistó la cima de los 14 ochomiles sin oxígeno artificial, y Krzysztof Wielicki, primero en escalar tres ochomiles en invierno, «honran este deporte y son ejemplo de superación», según el acta leído por el jurado.
Los encargados de la deliberación han destacado su labor social, humanitaria y de divulgación de los valores del alpinismo, aspectos que «les ha convertido en un ejemplo para la humanidad». En este sentido, la también alpinista Edurne Pasabán ha destacado las «hazañas increíbles» de Messner, así como las expediciones de Wiekicki y el rescate, en enero de este año, de la alpinista francesa Elisabeth Revol en el Nanga Parbat.
Como miembro de esta profesión, Pasabán ha reconocido que otorgar el galardón a los alpinistas ha sido «emocionante», por tratarse de un deporte minoritario al que ahora se le da voz con este premio.
El atleta Abel Antón ha destacado a ambos candidatos, señalándolos como «hombres históricos del montañismo mundial». La decisión, ha explicado, ha sido posible en parte por la presencia de Edurne Pasabán en el jurado, al ser la alpinista la que ha asesorado al resto de miembros sobre la labor de ambos deportistas.
Antón ha destacado los valores de ambos, así como la realización de «muchas labores sociales». Al otorgárselo a ellos, ha dicho, se internacionaliza el premio. «Nos ha costado mucho porque nuestros deportistas han llegado a la final», ha reconocido.
La periodista Cristina Cubero ha agradecido a Edurne Pasabán haber explicado la «grandeza» de Messner y Wiekicki, y ha destacado el alpinismo como un deporte que «transmite unos valores a la sociedad que falta que hace».
Por su parte la nadadora Andrea Fuentes ha destacado que ambos premiados son «grandes defensores de la naturaleza» y representan la «cultura del esfuerzo» y el compañerismo. «Wielicki arriesgó su vida y la de su hijo para salvar a casi desconocidos», ha recordado.