Ha llegado el verano, la temporada de piscina y playa y el vuelta y vuelta y es difícil mantener la piel sana. En la toalla, en las hamacas de la piscina o en el chiringuito, en verano estamos mucho más expuestos al sol, lo que tiene implicaciones en la salud de nuestra piel.
A medida que avanzan los meses la piel va cogiendo color, pero también comienza a pelarse, escamarse y verse más seca. Te contamos cuáles son los problemas a los que se enfrenta tu piel durante el verano y las claves para solucionarlos y mantener el moreno de forma sana.
LOS RIESGOS Y PROBLEMAS
El primer riesgo al que se enfrenta la piel es la deshidratación. Tomar el sol nos hace sudar y agotar más rápido nuestras reservas de agua. El contacto con el cloro en las piscinas también contribuye a esta pérdida de agua que se traduce en arrugas y aspecto de piel envejecida. Además, se pueden alterar los niveles de los componentes de la piel, provocando manchas, granos pequeños e incluso reacciones alérgicas.
La exposición continuada al sol tiene consecuencias muy desagradables a largo plazo. Los melanomas, pequeños cánceres de piel, pueden surgir como consecuencia de tomar el sol sin protección.
TRUCOS PARA CUIDAR LA PIEL
Es importante usar crema solar, este consejo es conocido por todos, pero en muchas ocasiones no lo hacemos bien. La crema debe aplicarse antes de salir de casa, al menos media hora antes de la exposición al sol. Dependiendo de cuanto nos guste estar en el agua, debemos elegir la crema ideal. Para los que prefieren los chapuzones rápidos es apropiado usar un protector waterproof, que ofrece una protección de unos 80 minutos posteriores al contacto con el agua. Los que prefieren permanecer en el agua y nadar deben elegir un protector water-resistant.
La hidratación es clave, utiliza cremas hidratantes humectantes, que traen grandes cantidades de agua. Una capa dos veces al día ayudará a mantener la piel hidratada y sana tras exponerla a la sal, el sol y el cloro. Es importante elegir bien cremas hidratantes para cara, escote y manos, que son las zonas que más sufren. Una zona que tendemos a olvidar son los labios, se queman igual – si no más – que cualquier otra parte del cuerpo, por lo que se recomienda usar cremas y labiales con protector solar.
Cuando no estamos en la playa también tenemos que tener en cuenta que seguimos exponiéndonos al sol, por lo que no hay que dejar de beber agua y usar crema solar. La alimentación es clave, las frutas y verduras contienen multitud de antioxidantes, vitaminas y minerales que cuidan la piel desde dentro. Además, el consumo de alimentos como zanahoria, naranja, calabaza, espinacas o acelgas contienen betacarotenos, que ayudan a ponerse y mantener el moreno.
