MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
El espectáculo musical ‘Los últimos días de la humanidad’ y ‘Me llamo Suleimán’, una obra centrada en la emigración clandestina entre África y España, cierran el ciclo ‘Partir/Venir/Quedarse’ sobre refugiafos en el Teatro de La Abadía.
El programa cuenta con la complicidad de la Embajada de Israel en España, Centro Sefarad-Israel, Casa Árabe, la Embajada de Suecia en España, el Foro Cultural de Austria y Proyecto Paramythádes, y lleva a escena historias duras, cargadas de emotividad, a partir de testimonios reales.
El ciclo comenzó el día 30 de mayo con ‘Kalimat’ (Palabras), una obra de Helena Tornero que recogía las experiencias personales de los refugiados en el campo de Nea Kavala, al norte de Grecia, y continuó con Ankomsten (Avistamiento), sobre unos inmigrantes en un país indefinido, y Good Tidings (Buenas Nuevas), testimonio íntimo de un joven judío que abandona Polonia en la década de 1930 y Los invitados, pieza documental de Colectivo Fracasadas que abordaba la crisis de los refugiados en el Mediterráneo.
Como cierre del ciclo esta semana podrán verse Los últimos días de la humanidad, espectáculo musical basado en la sátira y el horror contenido en el texto de Karl Kraus, y Me llamo Suleimán, una obra centrada en la emigración clandestina entre África y España a través de la mirada de un niño.
‘LOS ÚLTIMOS DÍAS DE LA HUMANIDAD’
En este año en que se conmemora el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial, La Abadía presenta un espectáculo musical a partir de Los últimos días de la humanidad, la vasta obra del genio vienés Karl Kraus.
El montaje, dirigido por Susana Gómez, e interpretado por Rosa Manteiga, Sandro Cordero e Ion Iraizoz podrá verse en la Sala José Luis Alonso el 19 de junio a las 20.30 horas.
Karl Kraus fue un observador sensible e implacable con su tiempo. Apunta con precisión hacia el origen del discurso de exaltación nacional asumido por el pueblo como propio.
En su monumental obra ‘Los últimos días de la humanidad’ la palabra se activa a través de la sátira y muestra el lado más inhumano del hombre: aquel en el que cualquier ciudadano se convierte en verdugo. Lejos del dramatismo de la tragedia bélica, el autor trata de mostrar a través del humor la banalidad del horror. Nombrar supone dotar de existencia y Kraus señala con aterradora frialdad quién y qué está detrás de la llamada opinión pública.
Esta propuesta busca, además, poner en conflicto la palabra de Kraus con el discurso musical de su tiempo que también se había quedado en la retaguardia. Mahler no conoció los desastres de la guerra pero el resto de compositores elegidos para este programa (Korngold, Gál y Krenek) fueron testigos de la devastación y terminaron viviendo lejos de su país de origen. A pesar de ello, su música parece transmitir la nostalgia de un tiempo pasado, aparentemente más feliz.
Músicos del quinteto de cuerda de la Wiener Kammersymphonie (Austria), que presentaron un programa similar en el Festival delle Nazioni (Italia), acompañarán en directo la sátira y el horror contenido en la palabra de Kraus.