La Asociación Madrileña de Distribuidores de Automóviles (AMDA) ha alertado de las «desigualdades y dificultades» que puede suponer el Área de Prioridad Residencial (APR) si cierra el centro al tráfico o veta el diésel.
Según ha expuesto AMDA en un comunicado, estas Áreas de Prioridad Residencial del Ayuntamiento (APR) son espacios en los que se restringe el acceso de vehículos con el objetivo de preservar el uso de las vías comprendidas en los mismos, así como de disminuir los niveles de contaminación acústica y atmosférica.
Estas medidas entrarán en vigor a partir del mes de febrero de 2019, iniciándose el control automático y el envío de multas a quien no cumpla con la normativa.
AMDA ha alertado que estas medidas pueden suponer «dificultades» y que ciertos casos pueden generar «desigualdades» entre los ciudadanos y «vulnerar sus costumbres». Por ejemplo, para esta asociación «las personas que viven en ciudades cercanas a Madrid y que no cuentan con un transporte rápido y barato un viaje en familia de fin de semana a la Capital puede volverse prohibitivo», puesto que «tendrán que pagar por un parking durante varios días y moverse en transporte público».
Asimismo, han señalado que «en ciudadanos que vivan en las inmediaciones de Madrid (Las Rozas o Alcobendas) y quieren cenar o pernoctar en casa de su pareja habitual o de un familiar cercano y cuyos domicilios se encuentran en el área restringida les salir por un dinero intentar llegar en su coche».
A su juicio, con este plan también se verán perjudicadas personas de vacaciones «que quieren disfrutar de un fin de semana en Madrid con toda la familia y que sí cuentan con AVE o aeropuerto en su ciudad». El precio del fin de semana, según calculan desde esta asociación, «se multiplicará exponencialmente, porque ese viaje habitualmente es mucho más barato si lo hacen cuatro personas en un vehículo y no los cuatro en el AVE o el avión».
Además inciden en que «no será posible recoger a un familiar (que viva en el centro) que se pone enfermo y es urgente acompañarle a un hospital» porque se estará «limitado por el tipo de coche que se tenga».
El presidente de AMDA, Moisés González, ha señalado que «lo más razonable es ofrecer soluciones sencillas para que los ciudadanos tengan alternativas de movilidad real, que no supongan una carga adicional para su bolsillo y no alteren en demasía sus costumbres».
«Estas soluciones no han de basarse en la improvisación, sino que han de ser planificadas y estructuradas con antelación a que las normativas entren en marcha. El Ayuntamiento cree que el sistema de transporte interno de la ciudad es excelente y válido, pero no piensa en los millones de españoles de clase media que se acercan a Madrid desde el extrarradio o desde otras ciudades, para ellos los costes pueden ser prohibitivos», ha lamentado.
Por este motivo, a partir de enero, AMDA comenzará a mantener reuniones con los responsables del área de movilidad tanto de la Comunidad como del Ayuntamiento «para hablar de estos y de otros temas de importancia para la movilidad futura».