El presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, ha defendido este martes que es «fundamental consolidar y reforzar el bloque constitucional y defender el Estado de Derecho ante el soberanismo y las posiciones extremistas, que no por minoritarias son menos peligrosas para el clima de entendimiento y paz social que debería presidir la vida pública».
Durante su discurso en el acto de celebración del 40 aniversario de la Constitución, que se ha celebrado en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional, ante la mirada de unos 400 invitados, entre ellos el presidente del PP, Pablo Casado, Garrido ha remarcado que es necesario defender los símbolos nacionales que, «como la bandera», representan «los vínculos que unen a los españoles» así como mantenerse «vigilantes para que la discordia que algunos quieren sembrar» no arraigue en la sociedad.
Y es que, para Garrido los desafíos radicales y populistas a la Constitución no deben distraer de la realidad esencial que explica «su vigencia en el día a día de los españoles». En este sentido, ha hecho hincapié en que el texto «no atañe únicamente a la generación que la ratificó el 6 de diciembre de ese año en toda España, y de modo abrumadoramente mayoritario en Cataluña». «Es también y sobre todo de quienes desde entonces han crecido, vivido y convivido con ella y gracias a ella», ha dicho.
Por ello, ha sostenido que cuando se habla de su posible reforma, a su parecer, «habría que empezar por recordar que la más necesaria sería aquella que se orientase a que nadie pudiera manipular las instituciones autonómicas para socavar la lealtad de sus ciudadanos».
Según el dirigente regional, «cualquier cambio que se acometiese tendría que plantear soluciones útiles y aceptables para todos, propiciando así el nivel de consenso requerido en la propia norma para su modificación, y nunca como cesión ante aquellos que lo que quieren es precisamente burlar la Constitución, ya sea para romper la unidad nacional, o para imponer su ideario particular, al precio seguramente de silenciar a una parte de la sociedad, y de reducir la democracia a una caricatura, como ya ha ocurrido en otras latitudes».
MADRID COMO EJEMPLO
Garrido ha subrayado que la Constitución «ha impulsado y articulado un proceso de modernización en toda España que se ha traducido en un mayor nivel de desarrollo y de bienestar, así como en un estímulo constante para profundizar en la cohesión social y la reducción de los desequilibrios».
En estas tres décadas y media, para el dirigente autonómico «Madrid ha madurado como sociedad responsable, dueña de sus metas y sus iniciativas, asumiendo un repertorio muy amplio de competencias que han permitido impulsar políticas que se han revelado eficaces para fortalecer la economía, mejorar los servicios públicos y avanzar en el reequilibrio social y territorial».
«Un solo dato expresa a la perfección este dinamismo: si antes de acceder a la autonomía éramos la cuarta economía de España, hoy somos la primera», ha puesto de relieve, para a continuación sostener que la capitalidad ya no obedece a una política heredada, «sino a una capacidad de convocatoria real, que hemos llenado de contenido, y que nos confiere un especial empuje».
Para el presidente, «la positiva experiencia de la Comunidad confirma que, cuando se aplica desde la lealtad a España, el modelo territorial definido puede representar un elemento de fortaleza del Estado, en el que la fuerza de las partes se convierte en la solidez del conjunto».
Garrido ha hecho hincapié en que «Madrid asume y siente como propios los proyectos de todos los españoles, así como sus éxitos y sus preocupaciones». Por ello, ha defendido que «ese ser más España» ha ayudado a ser también «más Madrid», a mostrar a los ciudadanos «más capaces y emprendedores, a estar dispuestos a trabajar al mismo tiempo por el progreso de la autonomía y del país».
ESPAÑA, «CON MÁS LUCES QUE SOMBRAS»
En definitiva, el dirigente autonómico ha defendido que la Constitución ha hecho posible «la mejor España» que se ha conocido nunca, con «más luces que sombras». Un periodo, según el presidente, «caracterizado no solo por una mayor prosperidad, sino también por la voluntad de concordia y de progreso social».
«La realidad descrita en la Constitución es el reflejo más fidedigno de la realidad a la que los españoles aspiran. Una realidad que se quiere hecha de libertad, de igualdad y de justicia social, en las que queremos avanzar de la mano de la Constitución. Una Constitución que no tiene soluciones mágicas a los problemas, y no nos exime de la responsabilidad de buscarlas, pero que nos da el marco adecuado para alcanzarlas colectivamente», ha lanzado.
Con todo, ha insistido en que ésta sigue siendo «un magnífico programa de convivencia y de superación, para el presente y para el futuro», lo que implica reconocer también «la importancia decisiva de la Corona, que en todo momento ha sabido entender y acompañar a la sociedad española, en profunda sintonía con ella».
Para concluir su intervención, Garrido ha querido enviar «el más afectuoso de los abrazos a toda España, a todas sus comunidades, a todos aquellos hombres y mujeres que con su esfuerzo y su trabajo hacen que cada día vivamos en un país mejor». «¡Viva la Constitución! ¡Viva España!», ha alzado la voz para concluir, junto con los asistentes.
