Aunque las redes sociales como YouTube han sido demonizadas con frecuencia, suponen un nuevo método de disfrute para los más pequeños y los más mayores. Sin embargo, según indican numerosos estudios recientes, la exposición temprana y excesiva a este fenómeno podría tener consecuencias negativas sobre los infantes. Un nuevo libro sobre el tema ha llegado a estas conclusiones sobre la plataforma audiovisual.
CADA VEZ MÁS JÓVENES
‘Mi vida por un like’, publicado por el periodista David Ruipérez, estudia las nuevas tendencias en el mundo de Internet. Entre ellas, destaca que el 70% de los niños de entre 6 y 11 años tiene un perfil en una red social. Además, Unicef declara que uno de cada tres internautas es un niño.
El autor de este recopilatorio de estudios asegura que los nuevos ‘influencers’, entre los que se encuentran las estrellas de YouTube, son más perjudiciales que beneficiosos. La exposición al escrutinio del resto del mundo y la obsesión por obtener ‘likes’ puede provocar problemas mentales y fomentar conductas perjudiciales entre la juventud.
UN ESPEJO COMPLACIENTE
Ruipérez explica que las redes sociales actúan como una vida paralela que puede servir para distraer de los problemas del día a día: así, se puede dar una imagen de la propia vida que no se corresponde con la realidad. Esta distorsión de la realidad provoca comportamientos peligrosos, como el de un joven que grabó su experiencia en paracaídas para sus suscriptores en YouTube. Muchos de estos jóvenes sufren acoso por los contenidos que suben a Internet.
Por último, dibuja un paralelismo con los niños actores y sus problemas de salud: una actividad que al principio supone una forma de ocio puede provocar un estrés más propio del desempeño laboral. En definitiva, para usar bien las redes sociales, es necesario una madurez que los niños no tienen todavía. Por eso precisan de un guía si no quieren sufrir problemas de salud.