Las enfermedades cardiovasculares son las causantes de casi la mitad de fallecimientos en Europa. Esto supone que sea la causa más frecuente de mortalidad en el continente.
Este tipo de enfermedades representan un 47% del total de mortalidad en Europa, según el Hospital Nuestra Señora del Rosario. Este porcentaje varía a lo largo de los países europeos. Desde un 25% en Francia y hasta un 60% en Bulgaria.
En el caso de España, el porcentaje de las muertas producidas por enfermedades del sistema circulatorio se posiciona en 26 puntos, según ha indicado en un comunicado Antonio Álvarez Vieitez, jefe del Servicio de Cardiología del centro hospitalario. El infarto de miocardio es el más frecuente. Le siguen el ictus y los tumores, en cuanto a los decesos naturales, con un 24%.
El tratamiento del evento agudo ha mejorado. Esta mejora se debe a las unidades coronarias y de ictus, a los medicamentos que disuelven los trombos y a los stents que abren las arterias ocluidas, entre otras medidas.
No obstante, Álvarez-Vieitez indice en la necesidad de mejora de medidas fuera del hospital para actuar ante las enfermedades cardiovasculares. Para ello, el doctor recomienda “ la colocación de desfibriladores en lugares donde haya acumulación de personas y entrenar a la población en la resucitación cardiopulmonar”.
PREVENIR ANTES QUE CURAR
“Lo más importante para combatir la aparición de la enfermedad cardiovascular es prevenirla y para prevenirla hay que luchar contra los factores de riesgo”, destaca Álvarez Vietiez. Los principales factores de riesgo, según la opinión del doctor, que deben y pueden prevenirse son siete.
En primer lugar, es el tabaco, que debe restringirse de manera total y absoluta. Le sigue el colesterol, con el que se puede luchar a través de la dieta mediterránea cardiosaludable. También ha indicado como factores de riesgo la hipertensión arterial, que afecta a casi la mitad de la población mayor de 55 años, y la diabetes.
Otros dos factores de riesgo, pero no por ello menos importantes son: sedentarismo y obesidad. Las dos últimas cuestiones son uno de los problemas de las sociedades desarrolladas y que debe trabajarse en combatir. Así, la obesidad abdominal es la más peligrosa en este caso por las células grasas tóxicas acumuladas en las arterias.
Por último, Álvarez Vieitez señala al estrés. Y es que es “un factor de riesgo sobrevalorado que puede favorecer los otros factores de riesgo”. El estrés se puede mejorar con técnicas de relajación y atención psicológica.
En definitiva, el jefe del Servicio de Cardiología Clínica del Hospital Nuestra Señora del Rosario recomienda “la abstención total del tabaco, hacer ejercicio, mantener el peso y ser optimistas, pues cada vez aumenta más nuestra esperanza de vida, entre otras razones porque están disminuyendo las enfermedades cardiovasculares en España”.