Cada día, aunque no seamos conscientes, los niños nos dan lecciones de madurez ante situaciones límite. El pasado 26 de enero, un chiquillo de once años se llenó de aplomo y coraje para llamar al 112 e informar, con una entereza digna de un adulto, de que su madre había sufrido un desvanecimiento.
Ocurrió el pasado 26 de enero a las 6:52 horas, en una vivienda de Leganés. Mohammed estaba con su hermano pequeño, de 6 años, cuando se percató de que su madre se había caído después de gritar. Manteniendo la calma, el niño cogió el teléfono para avisar a los servicios de emergencias.
Durante la conversación, el Gestor de Emergencias fue tranquilizando al menor a la vez que recababa la información necesaria para enviar los recursos necesarios a la casa. En este sentido, fueron activados SUMMA-112, Policía Nacional y Policía Local.
Por suerte, todo quedó en un susto. La madre, de 32 años, fue atendida por el equipo médico del SUMMA ya que como consecuencia del desvanecimiento se había golpeado, pero fue dada de alta poco después.