Madrid es una ciudad que, cada año que pasa, más atractiva se vuelve en todos los sentidos. A la oferta gastronómica, cultural o de ocio que siempre la acompaña, se le están uniendo una serie de proyectos de todos los ámbitos que la convierten, sin duda, en una de las urbes europeas de moda.
Muchos de esos proyectos tienen que ver con el urbanismo en general, como puede ser el caso de Madrid Nuevo Norte o la reciente regeneración de la zona de Madrid Rio. Planes brillantes para el futuro que han permitido a la capital mantenerse entre las diez ciudades del viejo continente preferidas por los inversores inmobiliarios en 2021.
Madrid ocupa este año la octava posición, mientras que Barcelona sigue fuera del ‘top ten’ por segundo año consecutivo, según el ‘ranking’ elaborado por PwC y el Urban Land Institute. Berlín centra el foco de atención de los inversores, gracias a la estabilidad de su mercado de oficinas y el menor impacto inicial de la pandemia en la economía alemana, que por primera vez sitúa a otras tres ciudades entre los primeros puestos de la clasificación: Fráncfort (4ª), Hamburgo (6ª) y Múnich (7ª).
Londres ocupa el segundo lugar, a pesar del Brexit, seguida de París (3ª), lo que demuestra el atractivo que todavía despiertan dos de los mercados más líquidos del inmobiliario europeo, según el informe «Tendencias del mercado inmobiliario en Europa«.
El proyecto Gran París y los Juegos Olímpicos de 2024 son los grandes activos de la capital francesa, mientras que Madrid se sitúa, como decimos en octava posición (siendo la única ciudad española en los puestos de privilegio), seguida de Milán (9ª) y Viena (10ª).
Barcelona, que sale de las diez primeras por segundo año consecutivo, ocupa la decimotercera posición en perspectivas de inversión en una lista de 31 grandes ciudades europeas, «porque la inestabilidad política y el intervencionismo regulatorio al final acaban pasando factura», según el análisis de PwC España.
Cambio de tendencia: adiós a los hoteles
El estudio refleja el fuerte impacto que han sufrido algunos segmentos de la industria -como el de oficinas, el hotelero o el ‘retail’-, que tradicionalmente han venido conformando su columna vertebral y apunta a que estos podrían empezar a mostrar su obsolescencia en favor de otros nuevos.
Entre ellos destacan los relacionados con la digitalización, como los centros de datos, los logísticos y las torres de telecomunicaciones, que se alzan entre los diez tipos de activos favoritos de los inversores.
También hay un creciente interés de los inversores por el sector residencial y especialmente por la vivienda en alquiler. En este ámbito los operadores piden un marco jurídico estable para desarrollar este negocio de una forma rentable.
Las otras dos grandes tendencias que marcarán al sector en los próximos años son el «empuje definitivo de los temas sociales, medioambientales y de gobierno» y la «mayor atención de los inversores hacia sus mercados domésticos», ante las restricciones de la movilidad y el mejor conocimiento de estos entornos más cercanos.