La Unidad de Mama del hospital público madrileño de Torrejón de Ardoz ha puesto en marcha un proyecto inédito en España mediante el cual realiza la “firma genética” en el tejido sobre el que se realiza la biopsia inicial para el diagnóstico de cáncer de mama.
Hasta ahora, dice el hospital en una nota, de forma habitual este estudio se realizaba en la intervención quirúrgica, y ahora se ha organizado para obtener los resultados en un tiempo récord, de unas 48 horas, y no los quince días habituales en este tipo de estudio genético.
La información obtenida del estudio genético con dos pruebas -la de 70 genes para evaluar posible beneficio a quimioterapia y al de 80 genes (BluePrint) para definir el subtipo molecular de tumor- es clave para el plan clínico y quirúrgico de cada paciente, explica la coordinadora de Patología del grupo, Laia Bernet.
Esta científica señala que “la información facilitada puede cambiar ese plan terapéutico hasta un 40 por ciento de los casos”. “Supone un gran avance a todos los niveles”, añade.
Mayor precisión en los tratamientos del cáncer de mama
El hospital dice en su nota que “el objetivo de este proyecto piloto, único en España, es personalizar al máximo la asistencia sanitaria, aplicando la medicina de precisión, el tratamiento adecuado, en el momento preciso, para cada paciente”. Bernet asegura que la firma genética “proporciona información crítica en cierto grupo de pacientes, para decidir si van a necesitar o no tratamiento con quimioterapia, permitiendo evitar la toxicidad inherente a dicho tratamiento a las pacientes en las que no aporta beneficio”.
Y añade que “con la firma genética podemos ahorrar la quimioterapia a aquellas pacientes que no la necesitan, porque su plan terapéutico pase por una intervención, por ejemplo, y radioterapia”.
El proceso consiste en realizar la firma genética de cada paciente en la biopsia inicial. La información obtenida, junto con los resultados del estudio morfológico clásico, son debatidos en el comité de tumores del Área de la Mama, formado por un equipo multidisciplinar de más de 50 profesionales, que analiza y valora la estrategia terapéutica más adecuada para tratar el cáncer de mama en cada paciente, de forma personalizada.
“Hemos dado un paso importante, saliendo de la visión reduccionista de las causas del cáncer, centrada solo en las alteraciones genéticas de la célula tumoral”, explica Bernet.