El castillo de Manzanares El Real acogerá en septiembre y octubre un ciclo de exhibiciones y recreaciones de combates medievales de los siglos XIV, XV y XVI, que tendrán lugar en el palenque del jardín con la participación de varios luchadores y un árbitro.
Las citas tendrán lugar los días 5 y 11 de septiembre y 16 y 17 de octubre, con dos pases al día y entrada gratuita, aunque con reserva previa, según indica la Comunidad en una nota de prensa.
Se trata de espectáculos “de gran rigor histórico” en los que se reproducen «fielmente» las pugnas históricas, en las que los combatientes estarán armados y vestidos según la época, y serán presentados por un narrador que también irá explicando los diferentes tipos de duelos y armas.
Competición
Estos tipo de enfrentamientos medievales constaban de cinco modalidades distintas, como son el duelo entre dos caballeros o las luchas de cinco contra cinco, diez contra diez dieciséis contra dieciséis y veintiuno contra veintiuno, según detalla la organización, que ha preparado exhibiciones de las tres primeras opciones.
Actualmente esta práctica, también conocida como ‘Historical Medieval Battles’ (HMB), es considerada un deporte de contacto, que está representado en Madrid principalmente por el club Ursus Custodes, cuyos integrantes serán los encargados de realizar estas exhibiciones en el Castillo.
Los exhibiciones se basarán en las reglas de juego recogidas en los tratados históricos de torneo a pie, como el tratado de René I d’Anjou, del siglo XV, o el Doctrinal de caballeros de Alonso de Cartagena, publicado en Burgos en 1487.
La Comunidad subraya que todas las actuaciones que se realicen este mes contarán con un protocolo de seguridad que garantice que los luchadores están protegidos, para lo que las armas no cuentan con filo ni aristas.
El Castillo de Manzanares El Real está considerado el palacio mejor conservado de la región, cuya construcción se inició en el siglo XV por orden del I Duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza, aunque la finalizó su hijo, Íñigo López de Mendoza, que incorporó al arquitecto Juan Guas, uno de los máximos representantes del gótico tardío en Castilla y arquitecto de los Reyes Católicos.
