Cada vez son más los ciudadanos que deciden, ante la falta de oportunidades laborales en determinados sectores, tirarse a la piscina y destinar parte de sus ahorros y esfuerzos para montar un negocio por su cuenta.
Una vez tomada la decisión, llega el momento de ponerse en marcha y elegir los factores que determinarán el éxito o no de la aventura. Y uno de estos es, sin duda, la ubicación de la empresa.
Una variable que lo es menos si, tal y como arrojan los datos de un estudio elaborado por la plataforma europea de ahorro Raisin, elegimos la capital.
Según el informe, Madrid acoge a más de medio millón de empresas, consiguiendo aumentar este número en un 2,12% en el último año, a pesar del impacto económico de la crisis del coronavirus. Un porcentaje que le sirve para consolidarse como la ciudad española que más ha conseguido crecer en este sentido, seguida por Valencia (2,03%) y Sevilla (2,02%).
La «tormenta perfecta» para emprender
Madrid dispone de un gran tejido empresarial, a lo que suma una gran variedad de iniciativas y eventos destinados a apoyar la financiación de startups, como Madrid Emprende, apuesta municipal cuyo objetivo es el apoyo del espíritu emprendedor de la ciudadanía madrileña y de la creación y crecimiento de las pymes.
La posición geográfica de la capital, en el centro de la península, le permite las relaciones comerciales con el resto de las ciudades de España o de Europa, y su aeropuerto es el puerto de entrada principal hacia Latinoamérica.
Madrid es, además, la ciudad española con más densidad de población, lo que implica más clientes potenciales… y también de proveedores y profesionales. Esto se traduce en un mercado más amplio y heterogéneo, con una gran variedad de nichos de consumo, y un talento formado y multidisciplinar.