El día nació como una propuesta de la Asamblea General de las Naciones Unidas en el año 2007. Desde la ONU se instó a todos los estados miembros a que el día 2 de abril permaneciera en la agenda de todos ellos con un encargo principal: sensibilizar sobre este trastorno, tomar medidas para reconocer sus derechos y mejorar, en definitiva, sus condiciones de vida.
Se llama trastorno del especto del autismo (TEA) y se presenta un caso por cada 100 nacimientos y más de 450.000 personas en España. De alguna manera, es invisible porque sigue siendo muy desconocido para nuestra sociedad.
Y hoy, en el día en el que conmemoramos mundialmente su concienciación, es importante que le demos visibilidad porque la persona que presenta este trastorno le acompaña a lo largo de toda su vida, es decir, en la infancia, en el desarrollo de su adolescencia y juventud, y en su madurez.
Sin embargo, con mucha frecuencia, se habla sólo de los niños con autismo, como si sólo se viviera durante la infancia. Aun así, afortunadamente, se va dando a conocer a pasos agigantados.
Un signo positivo es el hecho de que en nuestra sociedad cada vez estamos más lejos de asociar la discapacidad a algo negativo que inexorablemente nos lleva a mostrar sentimientos de pena. Exactamente lo mismo ocurre con el autismo.
Hay que considerar el TEA como una característica más que forma parte de la persona. Y, sobre todo, hay que entender que pueden disfrutar de su vida.
Cada persona con TEA tiene unas necesidades distintas y concretas, por lo que necesita una ayuda individualizada. Y con los apoyos adecuados, la mayoría de ellas pueden afrontar las demandas del día a día y participar de una manera activa en su comunidad.
El TEA casi siempre se asocia al ámbito de las dificultades, sin embargo, nunca se busca la relación que tiene con sus grandes capacidades. Por ejemplo, la preferencia a las rutinas se refleja en una buena adaptación y seguimiento por ellas, pero también se refleja una gran meticulosidad por los detalles. Esta cualidad les hace tener mucha destreza en las tareas mecánicas y repetitivas.
Son personas que se sienten bien respetando las reglas debido a su comportamiento siempre más rígido. De la misma manera, despiertan mucha curiosidad por cuestiones o temas muy concretos debido a sus intereses que suelen ser más concretos o estar más limitados. Esto hace que tengan un conocimiento muy especializado sobre ellos.
Pero también, en el ámbito de la comunicación, las dificultades para comprender el lenguaje que no es directo ni literal, como las frases con dobles sentidos, giros de humor, de sarcasmos, o las metáforas, les convierten en personas normalmente muy lógicas. Y eso los lleva a poder tomar decisiones basadas en criterios lógicos y objetivos. Nada que ver con decisiones basadas en intuiciones o prejuicios, por eso son sinceras, leales, honestas, no mienten, no manipulan, no juzgan y totalmente coherentes.
Cada una de estas características se desarrolla en la persona con TEA de manera individual porque cada persona con o sin autismo es diferente.
Y por último, en este día mundial de concienciación sobre el autismo, sirva también para que toda la sociedad nos esforcemos en utilizar un lenguaje apropiado al referirnos al TEA. No contribuyamos, por favor, a referirnos a este trastorno en términos de enfermedad, como esta persona padece TEA, este niño sufre TEA, porque inconscientemente le estamos dando una connotación negativa a la persona que lo presenta.
Que este día sirva para que todos aprendamos que el lenguaje contribuye a la inclusión.
Encarna Rivero es pedagoga y diputada del Grupo Parlamentario Popular.
Es presidenta de la Comisión de Políticas integrales de la discapacidad de la Asamblea de Madrid.
