Las especies invasoras son uno de los principales problemas de conservación de la biodiversidad endémica de cualquier región, y la Comunidad de Madrid no es una excepción. De hecho, algunos de los animales que hace años vivían en nuestros bosques y parajes naturales han desaparecido. Algo que se pensaba había sucedido con el Austropotamobius pallipes, el cangrejo de río autóctono de la Península Ibérica.
Sin embargo, el Gobierno regional ha confirmado la existencia de una colonia de este ejemplar (el único de este crustáceo originario del territorio nacional) que, como decimos se consideraba extinto en la región. Los ejemplares detectados se corresponden con la combinación de cromosomas H1, característicos de la zona central de España y Portugal.
Los expertos de la dirección general de Biodiversidad y Recursos Naturales señalan que esta variedad, encontrada en la zona sur de la región, ha sobrevivido gracias a que el ambiente que ocupa está totalmente aislado de los ríos principales y secundarios del territorio, ya que en la mayoría de ellos viven grupos invasores que los ponen en peligro.
En España se registran oficialmente unas 350 poblaciones, en tres regiones diferenciadas: Alpina (Aragón, Cataluña y Navarra), Atlántica (Galicia, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Navarra y País Vasco) y Mediterránea (Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, La Rioja y Navarra).
Extracción de especies invasoras como objetivo
El Gobierno regional trabaja desde hace tiempo para extraer algunas especies exóticas invasoras que se introducen en el medio natural y suponen un enorme peligro para la conservación de la flora y fauna autóctona. Así se hace con las que pueden producir importantes desequilibrios en el ecosistema, como el visón americano, el mapache o la planta de Ludwigia, que invade los ríos.
La Comunidad de Madrid cuenta con un Catálogo de Especies Amenazadas que recoge las categorías que se encuentran en peligro de extinción, sensibles a la alteración de su entorno, vulnerables, de interés especial y, la más reciente, que engloba los árboles más singulares. El documento muestra detalladamente cuáles deben ser preservadas en la región y su nivel de protección.
Además, pone en marcha programas de recuperación como el del águila imperial ibérica -una de las rapaces más amenazadas de Europa-, con el objetivo de que alcance un tamaño de población y un estado de conservación que permitan reducir su nivel de amenaza. También de otras aves, como la cigüeña negra o el águila perdicera, y terrestres, como el sapo partero o el desmán ibérico.
Un gran número de estas actuaciones se están realizando en torno al proyecto Arco Verde, el corredor medioambiental que conectará 25 municipios con los enclaves naturales más importantes de la región. Para ello se está realizando un exhaustivo control y actuaciones como la eliminación de la planta acuática invasora Ludwigia peploides, así como el pez gato, el cangrejo rojo y la gambusia, estos últimos responsables de la ausencia de anfibios en los humedales.