El Ayuntamiento de Madrid ha hecho un sorprendente descubrimiento sorprendente durante la construcción de un nuevo centro logístico de bomberos en el polígono de La Atalayuela, en el distrito de Villa de Vallecas, al encontrar restos de un cementerio de elefantes primitivos.
Estos restos fósiles pertenecen a ocho ejemplares parcialmente completos de la especie Gomphotherium angustidens, una antigua especie de elefante que vivió hace aproximadamente entre 16 y 5 millones de años.

Estos elefantes primitivos, antepasados lejanos de los elefantes africanos modernos, habitaban la zona junto con tortugas gigantes, carnívoros de gran tamaño y antepasados de los caballos, ciervos y jabalíes actuales. Hace unos 14 millones de años, debido a condiciones de aridez y disminución de las temperaturas, una manada de elefantes se refugió en esta área en busca de alimentos y agua, y parte de ellos murió debido a la escasez de recursos. Posteriormente, una riada cubrió los restos de estas carcasas, lo que permitió su conservación y fosilización.
Gigantes de tres metros de altura
El Gomphotherium angustidens tenía una longitud de aproximadamente cinco metros, una altura de tres metros y podía pesar alrededor de 2,5 toneladas. Contaba con cuatro colmillos: dos superiores, divergentes y curvados hacia abajo, y dos inferiores, algo más cortos. Su trompa se cree que era más corta que la de los elefantes modernos.
La excavación, dirigida por Alessandro Giusto y Jorge Morín y que involucró a un equipo de ocho paleontólogos y arqueólogos, comenzó en marzo y se extendió hasta agosto. Se exploró un área de aproximadamente 800 metros cuadrados, y los fósiles descubiertos se consideran un hito importante tanto por la información científica obtenida como por su valor patrimonial. Los restos se han depositado en el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid y algunos de ellos se han prestado al Museo Nacional de Ciencias Naturales para estudios detallados.

Es relevante destacar que en la época en que vivieron estos animales, los homínidos aún no habían aparecido en Europa, lo que se estima ocurrió aproximadamente hace 1,4 millones de años en Atapuerca. Este descubrimiento arroja luz sobre la historia antigua de la fauna en la región y proporciona valiosos datos para la investigación paleontológica.