Es uno de los edificios más grandes de Madrid. Sus paredes de ladrillo ocupan varias manzanas de la capital y, al ojo desentrenado, puede parecer otro lugar burocrático más. Sin embargo, el antiguo Cuartel de Conde Duque, es uno de los inmuebles con más historia de la capital, habiendo acompañado a la ciudad en su evolución arquitectónica y cultural desde hace siglos.
Construido a principios del siglo XVIII para albergar a las Reales Guardias de Corps, esta obra maestra del barroco madrileño fue diseñada por el renombrado arquitecto Pedro de Ribera. Corría el año 1717 cuando el rey Felipe V, primer monarca de la Casa de Borbón en España, encargó al Marqués de Vadillo, entonces Corregidor de Madrid, la construcción de un nuevo cuartel para la mencionada división.

Vadillo confió el proyecto, como decimos, a Ribera, quien diseñó un edificio con tres patios, una planta baja para caballerizas y dos plantas superiores para el alojamiento de los guardias. El acceso principal se realiza a través de una imponente portada barroca, reflejo del esplendor arquitectónico de la época.
Tres años después, el cuartel estaba parcialmente terminado, permitiendo a Felipe V reorganizar la Guardia de Corps en tres compañías de 200 hombres cada una: la Española, la Italiana y la Flamenca.
Un edificio multifacético
Con el paso de los años las necesidades fueron cambiado y, a lo largo de los siglos XVIII y XIX, el edificio experimentó varias modificaciones para adaptarse a diferentes usos militares, incluyendo una Academia de Matemáticas y un observatorio astronómico. Sin embargo, dos devastadores incendios en 1859 y 1869 destruyeron gran parte del edificio, dejando la portada como uno de los pocos elementos originales sobrevivientes.

La reconstrucción posterior alteró significativamente la estructura original, eliminando la tercera planta en gran parte del complejo y no reconstruyendo el torreón del patio central.

A mediados del siglo XX, el deterioro del edificio llevó a considerar su demolición. No obstante, prevaleció la propuesta de restaurarlo para uso público, y en 1969, el Ayuntamiento de Madrid adquirió el cuartel mediante un acuerdo con el Ministerio del Ejército.
La cultura, al rescate
Tras este punto de inflexión, en 1975, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid instó al Consistorio a restaurar el edificio para fines culturales. Al año siguiente, Conde Duque fue declarado Monumento Histórico Artístico, gracias a una propuesta de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Con la misión de transformar Conde Duque en un centro cultural, en 1981 se encargó al arquitecto Julio Cano Lasso un proyecto para albergar instituciones municipales importantes como la Hemeroteca Municipal, el Archivo de Villa y la Biblioteca Central del Ayuntamiento, entre otros. En 1983, se completaron las primeras obras de rehabilitación, consolidando a Conde Duque como el mayor centro cultural de Madrid, aunque el 40% del edificio permanecía sin restaurar.
En 2005, tras 23 años de funcionamiento, se redactó un nuevo Plan Director para consolidar y mejorar las instituciones culturales, finalizar las rehabilitaciones pendientes y añadir nuevos equipamientos como teatro, auditorio y salas de exposiciones.
Entre 2006 y 2011, la rehabilitación total del edificio (55.000 m²) se llevó a cabo con la participación de cinco equipos de arquitectos y siete empresas constructoras, coordinadas por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Área de Las Artes del Ayuntamiento. Esta intervención incluyó la consolidación de cimientos y estructuras, la reorganización de circulaciones internas, la recuperación de volúmenes originales y la restauración de fachadas.

Desde entonces, el renovado Conde Duque ha funcionado como un gran espacio cultural municipal, albergando instituciones que preservan la memoria de Madrid y ofreciendo un espacio idóneo para actividades culturales, consolidando su lugar en el corazón de la vida cultural de la ciudad.