Desde este lunes y hasta el domingo 4 de noviembre, La Clave celebra las II Jornadas Asturianas, y nosotros ya hemos vivido la experiencia. ¡Recomendadísima! Una vez que pruebas el menú que han preparado, dan ganas de levantarse y entonar el ‘Asturias, patria querida’.
Además, el chef Pepe Filloa presenta su nuevo cachopo de cecina de León, que se une a sus ya populares de solomillo y merluza. El menú se compone de un entrante a elegir entre cebolla rellena, cazuelita de fabada y croquetas de cabrales; un cachopo de los tres mencionados; y de postre arroz con leche a la asturiana o filloa de crema con helado. La Clave (Velázquez, 22) rinde homenaje al plato astur de moda.
El menú de las II Jornadas Asturianas se marida con el tinto Castillo de Pioz (VT Castilla) o el verdejo Señorío de Blanca Peña (Rueda), ambos de Bovial. También puede combinarse con agua, refresco o cerveza. Incluye pan. Su precio, 39€ (IVA incluido).
El tercer cachopo de Pepe Filloa sustituye el jamón ibérico de bellota por finas lonchas de cecina de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) ‘Cecina de León’, de tonalidad cereza y granate. Su característico ahumado marida con el vigor del verde-azulado queso de cabrales, oloroso, sabroso, cremoso y untuoso. Así, una aguda explosión de aromas y sabores se abre paso entre dos tiernos filetes de ternera joven de la IGP ‘Ternera Asturiana’. Patatas fritas y pimientos de Padrón cortejan el cachopo de cecina.
“Este cachopo integra la fuerza de tres productos del norte: ternera, cecina y queso”, explica Pepe Filloa, que explora sabores y texturas a través de un plato tradicional. “La variedad de matices del cachopo sorprende hasta los paladares más sensibles”, asegura.
NUESTRA EXPERIENCIA
Fuimos el mismo día que arrancaron las Jornadas, este lunes 22 de octubre. Queríamos estar el día de la inauguración. El trato y el recibimiento no pudieron ser mejores.
Bien atendidos en uno de los elegantes salones de La Clave, luminoso y con vistas a la calle Velázquez. Nos reciben con un pequeño aperitivo de un lomo excelente para ir abriendo boca.
De primero tuvimos la ocasión de probar la cebolla rellena, sabrosísima y muy apropiada para esta época. Y también las fabes. Nos quedamos sin palabras.
Sabíamos que en La Clave bordan los platos de cuchara tradicionales (¡no hay más que probar su famosísimo cocido!), pero aún así nos sorprendió. Textura perfecta, sabrosas en su punto justo y no se nos hicieron nada pesadas. ¡Vaya fabes!
Y llegó el momento de los cachopos. Teníamos que probar la gran novedad, el de cecina. Intenso y delicioso, tierno y jugoso. Con la foto del artículo podéis haceros una idea de la calidad del producto, pero es obligatorio ir a probarlo.
También compartimos el cachopo de merluza, marca de la casa, con queso y salmón. Famoso por su originalidad y la perdición de los amantes del pescado.
Pusimos fin a una perfecta comida con una filloa rellena de crema, un plato que nunca falla si sabes donde pedirlo. Y aquí no nos podíamos equivocar.
Para beber, disfrutamos de un vino del Castillo de Pioz, crianza elaborado con uvas Tempranillo, Cabernet Sauvignon y Syrah. Cereza intenso, fondo cardenalicio, en nariz confitura de frutas rojas, ciruela, matices de rosa y lirio. 12 meses en barrica de roble francés reafirman su estructura. Este vino de la Tierra de Castilla también marida con el cachopo de solomillo de ternera joven asturiana y jamón ibérico de bellota, entre cuyas lonchas se derrite el tierno queso de Vidiago.