La librería más antigua de Madrid cierra sus puertas. Otra derrota para el pequeño comercio. Abrir una tienda de libros especializada en literatura médica en pleno siglo XIX, en 1862, fue una idea inédita y única en la capital. Fundada por Nicolás Moya, esta librería que lleva su nombre ha permanecido abierta durante más de 150 años en la Calle Carretas, pero en 2019 echará el cierre definitivamente.
Misma situación en la calle del Pez, en el barrio de Malasaña, donde echa el cierre ‘La Moda’. Una tienda de moda infantil que fue referencia en Madrid durante décadas desde 1896. ¿Qué tienen estos comercios en común? Son pequeños comercios en una gran ciudad en la que las franquicias y el comercio online han ido poniéndoselo cada vez más complicado a los pequeños comercios.
Sin embargo, hasta el momento, Centro parece el distrito donde más aguantan los pequeños comercios. Basta con salir a pasear por las calles de algunos de los barrios de Madrid por los que no abundan los turistas, sino madrileños de nacimiento o adopción que han visto cambiar los comercios en sus calles de forma precipitada en los últimos años.
DONDE LOS PEQUEÑOS COMERCIOS SE CONVIERTEN EN CASAS DE APUESTAS
El pequeño comercio está en peligro de extinción, son tiendas de moda de grandes grupos, franquicias de comida, sucursales de bancos o salas de juego las que los ocupan. Este último es el caso de una de las principales vías comerciales del norte de Madrid, la calle Bravo Murillo que une Plaza de Castilla con Cuatro Caminos. Un mercado y decenas de comercios de ropa, zapatos, joyas y alimentación ha perdido en unos años esta vía, que ahora es, junto a Marcelo Usera, una de las calles con mayor densidad de casas de juego y apuestas de Madrid.
Es uno de los barrios ‘olvidados’ de Madrid, con donde hay mayor desigualdad, donde los vecinos critican que las casas de apuestas llegan para aprovecharse de la vulnerabilidad de sus vecinos. De las tiendas donde compraban las ahora abuelas, ni rastro. ¿Franquicias y cadenas de ropa y alimentación? Todas las que se quieran.
MÁS ALLÁ DEL CENTRO
Podríamos encontrar casos similares a lo largo y ancho de la ciudad, un buen ejemplo es el Barrio del Pilar. Este barrio, al norte de la capital, acogió a mediados del siglo pasado a miles de personas que llegaron en busca de trabajo desde las zonas rurales. Aquí se encuentra el primer centro comercial de Madrid, La Vaguada. Cuando abrió sus puertas, todas sus tiendas eran pequeños comercios, desde puestos del mercado hasta tiendas de ropa, joyerías y zapaterías. Hoy, es difícil dar con una que no pertenezca a un gran grupo textil. Si nos referimos a las ofertas de restauración, entonces todos los rótulos que podemos leer son franquicias.
Se trata de una tendencia que va mucho más allá del centro comercial, pasear por este barrio es desolador, sobre todo para quienes lo han visto cambiar a lo largo de los años. Cada vez hay más locales con el cierre echado, con toldos desteñidos y grafitis en los que fueron sus escaparates, donde ahora también cuelgan carteles de «se vende o se alquila».
Sin embargo, siempre queda un rayo de esperanza. En los barrios, la gente echa de menos el trato personalizado y la calidad del producto de los minoristas. Algunos se han animado a retomar estas actividades, con un toque de modernidad y sostenibilidad. Es el caso de Unpacked, un supermercado libre de plásticos que trata de recuperar la compra a granel. Una iniciativa sostenible que para muchos es un paso hacia atrás, pero en positivo, un paso hacia el comercio que toda la vida ha inundado las calles de Madrid.