El próximo gol que marquemos en nuestro partido de amigos del barrio, lo celebraremos con mascarilla. Ésta será una de las imágenes a las que tendremos que acostumbrarnos con la situación generada por la pandemia por coronavirus, que también afectará, cómo no, al inicio de la temporada en los polideportivos e instalaciones deportivas municipales de Madrid.
Un comienzo de curso marcado por las clases flexibles y, siempre que se pueda, al aire libre, además de los aforos reducidos y las salas de musculación cerradas. Unas medidas que, en cualquier caso solo pueden garantizarse a medio plazo ya que la evolución de la pandemia cambia casi cada día.
La concejala delegada de Deportes del Ayuntamiento de Madrid, Sofía Miranda, ha apuntado que en las clases colectivas habrá una reducción del aforo al 75% y un uso obligatorio de la mascarilla cuando sean bajo techo. «Pero en baloncesto, fútbol y balonmano, al ser deportes de contacto, habrá que llevar la mascarilla aunque se practiquen al aire libre».
Madrid capital cuenta con 74 centros deportivos y 501 instalaciones deportivas básicas que ponen a disposición de los vecinos de la ciudad, entre otras unidades, 53 piscinas cubiertas y 23 descubiertas, 112 campos de fútbol, 173 pistas de tenis y 243 de pádel, 9 pistas de atletismo y 55 salas de musculación.
Estas últimas permanecerán por el momento cerradas «por una cuestión de aforo y de ventilación y porque suelen ser salas pequeñas, con poca distancia entre las máquinas», ha indicado Miranda.
Los polideportivos municipales madrileños introducirán «un cambio de modelo» en sus actividades programadas, que ya estaba previsto antes de la pandemia pero que ahora, ha comentado la concejala, cobra más sentido: las clases abiertas.
«El usuario pagará una cuota y un día podrá ir a zumba, otro día a ‘spinning’… reservando antes la clase que quiera. La gestión será más eficaz», ha dicho Miranda, «y evitará tener que cancelar clases si falta un profesor o hay algún imprevisto».
Todo el material deportivo que se emplee será desinfectado tras cada uso y las instalaciones tendrán aforo limitado y recorridos diferenciados de entrada y salida.
Miranda ha declarado que es difícil calcular qué actividades se impartirán esta temporada, en comparación con la anterior, porque «cada centro hace su programación» anual y su área solo «las valida», pero que lógicamente el número «se va a ver afectado» por las limitaciones y distancias impuestas desde el Ministerio y la Consejería de Sanidad, «que son las autoridades sanitarias, no el Ayuntamiento».
«Necesitaremos mucho más espacio», ha recordado. «Por ello vamos a sacar todas las actividades que podamos fuera de los centros y a hacer campañas para promocionarlas».
«Toda la programación está viva y requerirá una sincronización constante», ha insistido.
Los usuarios madrileños que tenían pagadas las actividades regladas que se suspendieron en marzo, al decretarse el estado de alarma, «se verán compensados» al inscribirse esta temporada y, por lo demás, «las tarifas serán exactamente las mismas» que en la última temporada.
