En la actualidad todos sabemos que el Atlético de Madrid es uno de los equipos más sólidos de Europa y del mundo. De la mano del “Cholo” Simeone se han ganado el respeto y la admiración de todos sus rivales. Pero para entender todo esto hay que remontarse a la temporada 95-96 y al “doblete” conquistado por el equipo rojiblanco que a fecha de hoy sigue siendo uno de los mayores éxitos de la entidad.
Tras dos años coqueteando peligrosamente los puestos de descenso, el Atlético empezaba aquella temporada con aires de renovación. Jesús Gil apostó por el entrenador serbio Radomir Antic para liderar el proyecto y dio la baja hasta a 14 jugadores. En su lugar llegaron jugadores más jóvenes como Molina o Santi Denia. Para la delantera la dirección del club apostó por el búlgaro Lubo Penev, procedente del Valencia y por el entonces desconocido Milinko Pantic, procedente del Panonios de Grecia.
El equipo cambió por completo de mentalidad y durante aquel verano ya se intuía de lo que era capaz este nuevo Atleti. En la primera jornada de Liga frente a la Real Sociedad el equipo no hizo más que confirmar su maravilloso estado de forma pese a comenzar perdiendo el choque. Primero Pantic de falta directa puso el empate, más tarde Penev con dos dianas y Simeone cerraban la primera goleada del curso.
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Con el delantero búlgaro en racha (6 goles en 4 partidos) el equipo consiguió vencer en ocho de sus primeros nueve partidos ligueros. El invicto permaneció durante 12 jornadas en total pero un empate frente al Rayo y una derrota en el derbi madrileño, los de Antic cedían el liderato al Barcelona. El esperado partido frente a los azulgranas llegó con ambos equipos separados por un punto y marcó el camino de la temporada. El Atlético desbordó al Barcelona y acabó venciendo por 3 a 1 en el mejor partido de la temporada.
El equipo se proclamó campeón de invierno y acabó la primera vuelta con siete puntos de ventaja sobre el sorprendente Compostela, a diez del Barcelona y hasta 16 por encima del Real Madrid.
Con la llegada del nuevo año también llegó la Copa del Rey dónde se toparon con el Betis en octavos de final, pese a que los verdiblancos arrancaron un valioso empate en el Calderón, el 1-2 de la vuelta acabó con las opciones béticas. En cuartos la víctima fue el Tenerife.
Mientras tanto el equipo seguía siendo muy regular en la Liga, llegaron las semifinales coperas frente al Valencia que empezó el partido con fuerza poniéndose con dos goles de ventaja, pero en el segundo tiempo el Atlético despertó y terminó barriendo a su rival imponiéndose por un espectacular 3-5, en la vuelta perdieron por 1 gol a 2 pero se clasificaban para la final y empezaban a encaminar ambos títulos.
El lógico desgaste de la Copa hizo que el Atlético perdiese una buena renta en la Liga llegando a falta de cinco jornadas a 6 y 7 puntos respecto a Barcelona y Valencia, la agonía se prolongó hasta la última jornada dónde los rojiblancos debían sumar un punto frente al Albacete, el 2 a 0 final certificó el título 19 años después y el ansiado “doblete” ya que en la final de Copa tras el 0-0 final, Pantic anotó en la prórroga convirtiéndose así en uno de los héroes de la historia Atlética. Títulos más que merecidos.
