El Papa Francisco ha nombrado a José Cobo Cano, nuevo arzobispo de Madrid. Hasta ahora ocupaba el cargo de obispo auxiliar de Madrid y llega para sustituir al cardenal Carlos Osoro, al que el Pontífice ha aceptado su renuncia por motivos de edad, después de casi nueve años al frente de esta sede episcopal. Así lo ha informado la Santa Sede la mañana de este lunes.
Natural de Sabiote (Jaén), lugar en el que nació el 20 de septiembre de 1965, ha desarrollado toda su actividad pastoral en Madrid, desde que fue ordenado sacerdote el 23 de abril de 1994. Antes de ingresar en el seminario, se licenció en Derecho por la Universidad Complutense.
Siempre ha desempeñado sus responsabilidades pastorales en parroquias del sur de la capital, hasta que al llegar el cardenal Osoro le designó vicario episcopal en 2015 y, posteriormente, fue consagrado obispo auxiliar el 17 de febrero de 2018.
Uno de los curas progresistas de la diócesis
Sus 57 años auguran un largo pontificado de al menos 20 años, que sólo tiene comparación, con el que desarrolló, por el mismo plazo, Rouco. Tal y como informa el diario El Mundo, su escasa experiencia y el prolongado mandato que le espera no han caído muy bien en el clero madrileño, que tampoco aceptó de buen grado su promoción como obispo auxiliar.
Así, se trata de uno de los curas progresistas de la diócesis, que se desmarca de la mayoría de sus compañeros con la ausencia del atuendo del clergyman, como se había impuesto de forma mayoritaria en el presbiterado madrileño de los tiempos de Suquía y Rouco.
Carta a la archidiócesis
En una carta publicada en la Archidiócesis de Madrid, José Cobo, ha señalado que “con vértigo y sobrecogido acojo el encargo que se me hace de asumir como arzobispo esta Iglesia que camina en Madrid. Ante todo, invoco la ayuda de Dios, con el ministerio del obispo Juan Antonio y del obispo Jesús, de todo el presbiterio de la archidiócesis, de su vida consagrada y el empuje de un laicado corresponsable, rico y plural”.
También ha indicado que ahora necesitará “un tiempo para asimilar esta nueva situación y dejarme ayudar por vosotros para situarme donde siempre, pero de forma diferente. En estos momentos recibo muchos gestos de cariño y un precioso abanico de atenciones que agradezco de corazón, y que me llegan de esta comunidad diocesana que tanto amo y en la que he crecido, he sido iniciado en la fe, he servido como sacerdote, como vicario episcopal y, últimamente, como obispo auxiliar”.
