Pedro Sánchez apesta. Apesta a corrupción, a mentira, a manipulación, a autócrata, a dictadorzuelo. El presidente del Gobierno apesta y el tufo que desprende no podrá ser tapado más tiempo por sus palmeros oficiales ni sus socios delincuentes y comunistas.
No.
La regeneración política y la democracia se abrirá paso entre la porquería sanchista y ese tufillo a leninista o “putinista” con la marca roja del partido socialista en plena decadencia.
Ya sabemos que la investigación penal que cerca a Pedro Sánchez y toda su trama fue paralizada para que los españoles no supiéramos la calaña de las personas que sostenían al gobierno sanchista y así ocultar todas sus fechorías ante los españoles para mantenerse en el poder.
Porque ese fue el fin último de aquél 23-J. Mantenerse en el poder, una muestra más de una corrupción política sin antecedentes en nuestra historia democrática. El Partido Popular ganó las elecciones, pero Sánchez tenía la obligación de mantenerse en el poder para tapar todo lo que le acecha.
Ahora lo sabemos, porque la verdad siempre se abre paso entre los delincuentes. ¡Justicia! Aunque haya metido sus sucias manos en el poder judicial o en la Fiscalía, o haya intentado manipular todas instituciones del Estado, el Tribunal Constitucional o el Congreso de los Diputados, entre otros muchos. Lo que sin duda vencerá es la justicia y la democracia.
Ahora lo sabemos y sus palmeros siguen trazando el relato de quien apesta para salvarle a él o a sus ingresos gracias a él. Y como fieros perros salvajes se lanzan a la yugular de Isabel Díaz Ayuso o de Alberto Núñez Feijóo, del Partido Popular, con difamaciones, bulos o con informaciones obtenidas de manera irregular, como mínimo.
Contra el vencedor de las elecciones, Feijóo, bueno sobre su mujer, dos ministras de este “desGobierno” radical e indecente, difundieron una mentira palmaria en sede parlamentaria, sinescrúpulos alguno, con la complicidad de la sonrisa de un psicópata al tiempo que verbalizada “Hay más” y gesticulaba al mismo compás deseando que tras ese dedo que giraba y giraba saltase milagrosamente esa verdad que necesitaba. Feijóo y su mujer eran sucios, también.
Pero, ese deseo se convirtió en pesadilla, el periodista que filtró esa fakenews pidió disculpas y rectificó inmediatamente.
Se le acabó el chollo a Pedro Sánchez y todos sus cómplices. Y seguiremos hablando de Bego.
Parece que su mujer, la mujer del “César”, también no solo tiene que serlo, sino parecerlo. Y eso es algo que ni Begoña Gómez ni Pedro Sánchez van a poder demostrar. La una porque parece que le ha salido bastante rentable ser la mujer del presidente del Gobierno y al otro porque no se abstuvo en decisiones que afectaban a aquellos que pagan a su mujer.
La una por el otro y con rumbo a tierras dominicanas, los Sánchez-Gómez están literalmente reventados.
Entonces tenía que reaccionar, tocaba sacar del cajón, al estilo Garzón, lo que fuese, aunque fuese ilegal, ahora contra Isabel Díaz Ayuso.
Después de haberla acusado de ciento un mil delitos, el Psoe y toda la izquierda radical que le sostiene y la que ha desaparecido, después de haberla sometido a la peor cacería personal que recordemos en nuestro país. Después de señalar a su padre, hermano, madre, …, tocaba a su pareja.
Obviamente el tiro a Ayuso es indirecto, disparan a personas de su entorno, porque contra ella los juzgados han archivado hasta 19 querellas, ¡Justicia!, y ahora se frotan las manos sucias por sus irregularidades esperando que esta cacería le de sus frutos al líder de la Trama corrupta.
Pues bien, con todo el respeto que la izquierda no siente por el sistema judicial español y con todo el desprecio que me produce el uso de la Fiscalía General del Estado por parte del Gobierno, intuyo que esto acabará mal para la izquierda. Acabará muy mal.
Los españoles ya tenemos la certeza de que Sánchez es un corrupto y todos los que le acompañan, también. Ya sabíamos que pactaba con terroristas, con delincuentes, con comunistas. Ya sabíamos que pactaría con el diablo por mantenerse en el poder. Pero ahora lo que sabemos es que el precio era que no le pillaran en su enfangado mundo de corrupción. Y esto solo es la punta del iceberg.
Mientras Sánchez apesta a delincuencia por todos sus poros y la izquierda desaforada siga intentado desviar la atención de todas las corruptelas gubernabentales o maritales, Madrid estará segura. Con una presidenta y un Alcalde intachables que sólo gestionan pensando en los demás.
Por eso Madrid está de moda. Por eso Madrid seguirá clamando y defendiendo la libertad. Libertad, verdad y ¡JUSTICIA!. Y por eso la izquierda quiere acabar con nosotros.
