Víctor Gutiérrez Santiago, nacido en 1991, es un waterpolista madrileño miembro de la selección nacional y del Club Natació Terrassa. Graduado en las carreras de Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Rey Juan Carlos, ostenta en la actualidad el cargo de Secretario de Políticas LGTBI del PSOE.
En el año 2016 hizo pública su homosexualidad en una entrevista para la revista Shangay Express, hecho que lo convirtió en el primer deportista de élite de un deporte de equipo, en hablar abiertamente sobre su orientación sexual. Ahora, ha hablado con MADRID ES NOTICIA, sobre su libro ‘Balón amarillo, bandera arcoiris’, en el que narra una experiencia pionera en el deporte de nuestro país. Además, nos da sus previsiones para las próximas elecciones municipales del 28 de mayo.
Ha sido el primer deportista español de equipo en salir del armario y el primer Secretario LGTBI de la historia del PSOE. Va rompiendo reglas y tabúes por donde pasa…
La verdad es que sí, pero no ha sido algo buscado. Son cosas que han pasado en 2016 la primera y en 2021 la última. Como comentas, son situaciones que dan cuenta de las barreras que todavía existen para las personas LGTBI. Tenemos que ir superando esos obstáculos para estar en puestos importantes o ser pioneros. Lo vivo, sobre todo, con muchísimo orgullo y como una responsabilidad también.
También fue protagonista involuntario en la primera sanción por homofobia en el deporte en España. ¿Cómo se produjo esa situación?
Ya me habían llamado muchas veces “maricón” compitiendo, pero las personas LGTBI tendemos a normalizar o justificar ese tipo de comportamientos. Lo llevamos viviendo toda la vida y los terminamos justificando. Me ha ocurrido en un momento en el que pensaba que el deporte para mí era un espacio seguro. Un rival me llamó “maricón” en ese momento y yo no sabía qué hacer. No sabía si irme a por él, si salirme del partido… Pero todo eso significaba ponerme delante del equipo y, era un partido muy importante que nos daba acceso a la Champions, así que decidí activar el piloto automático y continuar.
Cuando terminó no quise estrecharle la mano por el insulto que me había proferido y me volvió a insultar. Ahí ya, me fui a por él, nos tuvieron que separar y me afectó mucho. Más tarde, en mi casa, grabé un vídeo contando lo que me había pasado, un vídeo que se hizo viral. A raíz de eso, se realizó una investigación deportiva y se sancionó al jugador, por primera vez en España. Fueron 400 euros y cuatro partidos. Hice la denuncia porque, tan importante es hablar de lo bueno como también denunciar lo malo. Entendí que si eso me pasaba a mí, siendo una persona empoderada, en la élite del deporte y me afectaba, cómo no le iba a afectar a chicos o chicas en los vestuarios con 12 o 13 años.
¿Hacia quién va dirigido y qué objetivos tiene su libro ‘Balón amarillo, bandera arcoíris?
Va dirigido a todo el mundo porque no es un libro exclusivamente autobiográfico. Utilizo mi experiencia personal, mi historia, cómo me di cuenta de que era homosexual en la adolescencia, los primeros insultos, cómo trataba de esconderlo… Muestra cómo se vive algo así dentro del ámbito deportivo y cómo se llega a la élite. Sobre todo, cómo se vive el viaje entre el rechazo y la aceptación, de querer esconderme a hacerlo público.
También la utilizo para reflexionar sobre los roles de género que existen en el deporte, las cosas que tienen que cambiar, comportamientos que se llevan produciendo más de cuarenta años… Es un libro que le puede servir a personas LGTBI para empoderarse; a personas que no tengan absolutamente nada que ver con el deporte, pero también es un libro útil para personas heterosexuales porque les va a cambiar el chip en estos aspectos. Van a comprender ciertas actitudes que, de manera inconsciente se producen en el deporte y en las que ellos participan de manera involuntaria, que no deben producirse. El feedback que he tenido por parte de los lectores y de la prensa ha sido ese. Que es un libro útil para todo el mundo.
«Más del 50% de los menores LGTBI sufren acoso escolar»
¿Cómo afecta la palabra “maricón” a un niño homosexual y cómo lo hace a un adulto?
A un niño le marca la vida. Según datos de la Federación Estatal FELGTBI+, más del 50% de los menores LGTBI sufren acoso escolar. Hace muy pocos días hemos vivido el suicidio de un niño trans. Hay palabras que no son bromas, son un lastre que pesa demasiado y que marca la vida de niños y niñas. Cuando pasas ese tramo y llegas a la adultez, arrastras un lastre heredado desde la adolescencia.
Esas palabras te siguen haciendo daño y además, está la parte personal para deshacerse del estigma y empoderarte, pero a mí me ha pasado lo del insulto con 30 años. A priori es algo que yo debería tener absolutamente normalizado y todavía me afectó y me hizo daño. Lo que nos pasa de niños nos marca también en la adultez y ese es el camino que tenemos que recorrer para evitar por todos los medios que esas palabras nos hagan daño. Pero, efectivamente, es difícil.
La nueva Ley del Deporte ya persigue la homofobia. ¿Cuánto queda por legislar y qué aporta la Ley LGTBI y Trans?
La Ley del Deporte, efectivamente va a cambiar el panorama deportivo porque, por primera vez, se va a perseguir la LGTBIfobia como decías, con las mismas herramientas que ya existían en la persecución del racismo y la xenofobia. Se entrega la potestad a los árbitros, cuando se produzcan cánticos LGTBIfóbicos y un largo etcétera. Creo que esto va a suponer que esos comportamientos dejen de producirse en los recintos deportivos y que, por tanto, se empiece a generar un espacio más seguro en el deporte, que evite a las personas LGTBI ese sufrimiento.
Respecto a la Ley Trans, lo que sí que va a hacer, para la comunidad LGTBI en general, es cambiar el escenario de su vida. Prohíbe las tasas de conversión, incide en el ámbito de la educación, en el sanitario… Es un sinfín de baterías de medidas que van a mejorar la vida de las personas LGTBI. Lo más importante, el corazón de la ley, está en las personas trans, que son el colectivo más discriminado, más denostado, con mayores índices de agresiones y de paro. Es de justicia, otorgarles la dignidad que merecen. Cuando se iniciaron los movimientos LGTBI, las personas que encabezaban las marchas, tanto en Estados Unidos, como en España, eran personas trans. Mujeres trans. Eran las más visibles y las que menos tenían que perder, por tanto, les debíamos una ley que les devolviese la dignidad.
«Cada vez hay más sensibilidad y conciencia, pero seguimos viendo cosas terribles»
Ha sido capitán en sus equipos durante más de cinco años. ¿Piensa que lo habría sido igualmente de haberse declarado abiertamente homosexual?
Creo que capitán en este caso sí, pero hubiese sido mucho más difícil dar el paso con 18 años, cuando mi rendimiento deportivo no era el de un jugador de 25 ya asentado en la liga. Es importante para ganarte “el respeto”, porque de eso va un poco todo. En primer lugar, a mí me ha ayudado el hecho de ser una persona normativa, de no tener una expresión de género no normativa. Eso me ha ayudado. El pensamiento es: “bueno, es marica pero no se le nota mucho”. Ese es el comentario extendido, desgraciadamente. Y después, cuando tienes un rendimiento deportivo que te avala, todo es más fácil.
Estoy seguro de que si no hubiese sido un jugador importante, o hubiese tenido una expresión de género o pluma, mi camino hubiese sido mucho más difícil o incluso, quizá, no lo hubiera podido hacer. Cuanto más encajes en la norma más fácil es.
Homofobia, machismo o misoginia son conceptos implantados en la sociedad, ¿podremos borrarlos de nuestro día a día alguna vez?
Soy activista por naturaleza y creo que sí, pero vamos a tardar mucho, porque esa serie de pensamientos reaccionarios forman parte de nuestra educación a pesar de que somos muchas personas las que luchamos por cambiar el paradigma. Cada vez hay más sensibilidad y conciencia con este tema, pero seguimos viendo cosas terribles.
En Estados Unidos, el año pasado se volvió de un plumazo 50 años atrás, quitando el derecho a las mujeres de abortar. En Castilla y León, que tenemos un gobierno del Partido Popular con Vox, están pidiendo lo mismo. Estamos viendo, sin irnos a América, en Hungría, las políticas que se están tomando también anti-abortistas, entre el colectivo LGTBI. No sé si nuestra generación va a llegar a ver todos esos conceptos eliminados.
El ‘bullying’ es otro concepto que subyace en el libro. ¿Cómo le ha afectado durante su juventud y qué huellas deja en el carácter?
La primera vez que me llamaron “maricón”, con ocho años, me marcó mucho porque no sabía qué significaba siquiera, lo tuve que preguntar. La primera información que tuve sobre lo que es ser gay, fue que era un insulto, algo malo. Por supuesto, con ocho años, ni me había acostado con nadie, ni tenía instinto sexual, ni sabía si era homosexual o no. Pero me hicieron comprender que era algo malo, algo por lo que la gente te podía hacer daño y de lo que alejarse.
A partir de ahí, construí un personaje y me encargué muy mucho de que no se exteriorizase absolutamente ningún gesto que me pudiese identificar con una persona homosexual. Lo que ocurre con esto es que te provoca un rechazo propio brutal. Una vez que pasas ese camino y te aceptas como lo que eres, una persona normal, sientes orgullo. La palabra te sigue acompañando y, te hace daño, así que conlleva un trabajo muy personal, rodeado, por supuesto de tu entorno y amigos. Es un trabajo de superación que tienes que hacer tú, sin dejarte llevar por lo que piense nadie.
¿En qué momento se dio cuenta de tu orientación sexual?
Fue en la pubertad, con doce o trece años cuando me empiezo a dar cuenta de que lo que mis compañeros de clase empiezan a hablar, sobre chicas, a mí no me interesa lo más mínimo. Yo me fijo en los chicos. Además no tenía referentes ni información, por lo que la cosa se complica.
Jakub Jankto ha sido recientemente el primer jugador de la La Liga que declara su homosexualidad. ¿Qué importancia tendría que un futbolista español saliera del armario?
Tiene una importancia brutal. Ya había habido otros jugadores, el año pasado Jake Daniels en segunda división inglesa, anteriormente Josh Cavallo en Australia; en Europa algún jugador había dejado su carrera como el alemán Hitzlsperger. Teníamos ejemplos de jugadores que habían dado el paso, pero echábamos en falta alguien en Europa de una gran liga. Un jugador del Getafe, un jugador que es internacional con su selección y, que ha dado un paso muy importante porque visibiliza una realidad absolutamente escondida dentro del ámbito deportivo.
El comentario que escucho en muchas ocasiones es “¿Por qué va contando con quién se acuesta?” No, él no nos cuenta con quién se acuesta, nos ha contado quién es. Hablamos de que se presupone que todo el mundo es heterosexual, pues efectivamente, los jugadores heterosexuales, sin decir con quién se acuestan, suben fotos con sus parejas a Instagram, van con ellas a las alfombras rojas… Es decir, muestran con normalidad su vida, y las personas homosexuales no pueden hacer eso. Viven invisibilizadas, de hecho, este jugador estaba casado con una mujer y tenía un hijo. Es muy importante para romper ese tabú.
El anterior que habíamos tenido fue Justin Fashanu en los 90, que se acabó quitando la vida en el 98 por este motivo. Ha tenido buena acogida por todo el mundo del fútbol, a pesar de que por supuesto ha recibido ‘hate’ por redes sociales, pero institucionalmente y por parte de la gente ha recibido cariño y normalidad. Puede ser el empujón que necesiten otros jugadores para ver que se puede.
«Las personas LGTBI no podemos seguir siendo ciudadanos de segunda»
Irán surgiendo más jugadores en esta situación…
Hay futbolistas homosexuales en España, en Europa y en todas partes. Las personas homosexuales ocupamos los espacios y, por supuesto, también en el mundo del fútbol. Lo que ocurre es que están invisibilizados por el miedo. Con el cambio de Ley, en el que se sancionan comportamientos LGTBIfóbicos y, además, con la visibilidad que está empezando a haber, se produce la tormenta perfecta para que veamos un efecto dominó de jugadores que salgan del armario.
¿Por qué la sociedad asume que todos tenemos que ser heterosexuales?
Es algo cultural, algo que tenemos en nuestra educación. En uno de cada tres países del mundo la homosexualidad es ilegal y once países en los que está penada con la muerte. Estamos acostumbrados a manejar datos, pero que en uno de cada tres países del mundo sea ilegal ser quien eres… Históricamente, se ha colocado a las personas LGTBI como marginales, como enfermas, como potenciales agresores sexuales. Cuando mezclas la religión, la posición histórica en la que se nos ha puesto y cómo está penado a lo largo y ancho del mundo… Los padres quieren lo mejor para sus hijos y no les colocan en esa posición marginal, les colocas en una posición aceptada como “normal”.
Aparte, tampoco hemos tenido históricamente referentes, ya que han estado invisibilizados, por lo que hay una predisposición a que todo el mundo sea hetero, hasta que se demuestre lo contrario. Esto hace mucho daño a muchas personas porque, incluso yo, que ya estoy fuera del armario desde hace tiempo, no dejo nunca de salir del armario. Ya sea porque tienes que tener una conversación en un taxi y te habla de una mujer… “Para cinco minutos que voy a estar en el taxi, ¿qué hago? Le doy explicaciones, me callo y le sigo el juego”… O cuando llegas a un trabajo nuevo, que te preguntan automáticamente, no por tu pareja, sino, por tu novia… Las personas LGTBI estamos en una constante salida del armario y es muy complicado.
Habla sobre referentes, y me vienen a la mente algunos como Truman Capote, Andy Warhol, o libros como ‘El club de la lucha’, que ponen en duda conceptos como la masculinidad. ¿Cuáles son sus referentes culturales?
Parece que los referentes LGTBI tienen que ser todos absolutamente buenos, como si las personas LGTBI no pudieran ser también “malas personas”. Hay de todo, como en cualquier otro colectivo. Igual que también hay personas heterosexuales buenas y estupendas, también las hay malas. Es el peaje que hemos tenido que pagar, con la gente que al principio ha podido tener visibilidad por estar fuera de la norma. Es esa idea de quitar importancia al hecho de que alguien sea homosexual, a costa de que sea modélico en el resto de su vida.
Mi referente cultural y LGTBI es Pedro Zerolo. Es la cabeza más visible de una generación de activistas que cambiaron la dinámica en España. Con su discurso convencieron a todo el mundo de que las personas LGTBI no podíamos seguir siendo ciudadanos de segunda. Consiguieron que por primera vez la gente LGTBI pudiera vivir de una forma más libre, que pudiera casarse, por ejemplo. Su vida estaba supeditada a estar en el armario, a tener problemas en el trabajo… Fue cambiar el paradigma y, para mí, es un referente total y absoluto.
¿Qué significan para usted los actos del Día del Orgullo?
Reivindicación, celebración, derechos y memoria. Son unas fechas muy especiales porque es cuando más visibilidad tenemos y cuando nuestras reivindicaciones se ponen de actualidad. Significa poner en valor el larguísimo camino que las personas LGTBI hemos recorrido hasta llegar al punto en el que estamos. El sudor y las lágrimas que ha costado conseguir los derechos y libertades de los que disfrutamos. Pero también hay una parte crítica o reivindicativa, para expresar todo lo que falta por conseguir.
La tramitación, por ejemplo de esta última Ley Trans, ha sido especialmente dolorosa y, durante muchísimos años se ha luchado y esperado por obtenerla. Viendo la cantidad de agresiones que hay, las cosas que siguen sucediendo y los discursos que sigue habiendo, nos resulta una obligación poner en valor todo lo que se ha conseguido, pero también poner la mirada al frente por todo lo que queda por conseguir.
¿Cómo resumiría su trabajo como Secretario de Políticas LGTBI del PSOE?
Como algo muy intenso. Vengo del ámbito del deporte y he estudiado periodismo, comunicación, tengo dos Master, pero sólo llevo un año y medio en política. Para mí es un orgullo y una máxima responsabilidad estar donde estoy, hago lo que llevo haciendo muchos años, que es trabajar por los derechos de las personas LGTBI, aunque desde una vía mejor. El lugar perfecto para hacerlo, que es el partido en el que se han conseguido todos los avances en materia social y, por supuesto, en materia LGTBI en este país, y hacerlo con más herramientas.
Es un trabajo muy bonito porque te permite escuchar a colectivos, diferentes realidades para tratar de llevarlas a la agenda política. Pero también es muy complicado porque es un partido muy grande y la política no funciona como el activismo. Hay que hacer un esfuerzo individual importante pero es un trabajo fantástico y maravilloso y estoy muy agradecido al partido, de que me haya dado la oportunidad de seguir haciendo activismo dentro la política.
¿Puede darnos una opinión o expectativa sobre las próximas elecciones municipales en Madrid?
Espero que el bloque de izquierdas se movilice para conseguir que Almeida no sea el alcalde de Madrid. En el partido tenemos la mejor candidata, que está avalada por su trayectoria, tenemos una número 3 fantástica, que conoce a la perfección la política madrileña. Es un buen momento para que nos movilicemos y que el modelo de ciudad, totalmente obsoleto, que plantea el Partido Popular, con Almeida al frente, lo cambiemos por un modelo mucho más adecuado al sentir de los madrileños y madrileñas. Y, por supuesto, al espíritu de la ciudad, que no tiene nada que ver con cómo la diseña o la dibuja el Partido Popular. Espero que consigamos el objetivo que es que Gobierne la izquierda y que no esté Almeida al frente del Ayuntamiento.
¿Y en la Comunidad?
Sobre Ayuso, ya estamos viendo las últimas movilizaciones que está habiendo con la Sanidad. Ella se ha dado cuenta de que no puede rescatar ningún voto moderado, que su discurso lo firmaría Vox y, además, parece que está más preocupada por hacer oposición al Gobierno, que por los problemas que tienen los madrileños y madrileñas.
Sabemos que se siente muy cómoda con los apoyos que tiene, pero nosotros tenemos también un gran candidato, como es Lobato, y al final, todo este discurso tan extremista que está llevando, le va a pasar factura. Espero que los madrileños reaccionen y que haya un cambio.
Fotografías / Madrid es Noticia (Noelia Fernández Méndez)