Han tenido un pequeño papel protagonista en la serie de Bosé, aunque, lo cierto, la mínima presencia para recordar la antigua sede de CBS no hace honor a su singularidad.
Hablamos de las Torres Blancas, uno de los edificios más icónicos y singulares de Madrid. Diseñadas por el arquitecto Javier Sáenz de Oiza y construidas entre los años 1964 y 1969, estas torres residenciales se convirtieron en todo un símbolo de la modernidad y la vanguardia arquitectónica de la época.
El nombre de Torres Blancas hace referencia al color blanco de su fachada, que se debe al uso de hormigón y vidrio en su construcción. Pero lo que realmente llama la atención de estos edificios es su forma y su estructura, que rompieron con los cánones estéticos de la época y se convirtieron en un referente del movimiento arquitectónico conocido como brutalismo, del que hay otras referencias en la capital.
La estructura está compuesta por un conjunto de cilindros superpuestos que se van reduciendo en diámetro a medida que se asciende en altura. Cada uno de estos cilindros está coronado por una terraza, que se va estrechando a medida que se llega a la cima. En total, cada torre tiene 71 metros de altura y 23 plantas, lo que las convierte en uno de los edificios más altos de Madrid.
Pero lo que realmente hace únicas a las Torres Blancas es su sistema de terrazas y jardines verticales, que permiten a los residentes disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad y de un entorno natural dentro del propio edificio. Cada una de las terrazas está rodeada por un muro de cristal que las protege del viento y les da un aspecto futurista.
Un interior para cada inquilino
En cuanto al interior de las torres, cada una de las viviendas cuenta con un diseño personalizado y adaptado a las necesidades de sus propietarios. La mayoría de los apartamentos tienen grandes ventanales que permiten la entrada de luz natural y las vistas a la ciudad. Además, los edificios cuentan con una amplia variedad de servicios y comodidades, como una piscina, un gimnasio y un jardín comunitario.
A pesar de su arquitectura innovadora, las Torres Blancas también han sido objeto de críticas y controversias. En su momento, muchos vecinos se opusieron a su construcción por considerar que su altura y su forma eran demasiado impactantes para el entorno urbano en el que se encontraban. Además, en la década de los 90, las torres sufrieron un importante deterioro debido a la falta de mantenimiento y a la mala calidad de los materiales utilizados en su construcción.
Sin embargo, en la actualidad las Torres Blancas se han convertido en un icono de la arquitectura moderna y son consideradas una de las joyas del patrimonio arquitectónico de Madrid. A pesar de su edad, siguen siendo un ejemplo de innovación y vanguardia, y han sido reconocidas con varios premios y distinciones a lo largo de los años.
