Una de las tareas que tenemos pendiente como sociedad es acabar con la brecha de género de los usos del tiempo que sufrimos en nuestras sociedades. Esta brecha entre hombres y mujeres esta relacionada con las dobles y triples jornadas a las que nos vemos abocadas las mujeres por haber tenido que asumir tradicionalmente, y una vez insertadas en el mundo laboral, las tareas de empleo y las tareas de cuidados.

Según la última Encuesta de Empleo del Tiempo, mostraba que mientras que los hombres dedican una media de 152 minutos a las tareas del hogar, las mujeres emplean 254 minutos diarios en días laborables a estas tareas, es decir, prácticamente el doble de tiempo que los hombres.

Dedicar el doble de tiempo a las tareas del hogar y los cuidados, condiciona la disponibilidad del tiempo de las mujeres para atender el resto de su vida diaria. Por lo tanto, implica que las mujeres podemos dedicar menos tiempo a los estudios, al deporte y el ocio, a las aficiones, la vida social, la participación en la vida pública o estar informadas, lo cuál hace que siga aumentando la brecha de género en nuestra sociedad.

E implica también que las mujeres tengamos más sobrecargado nuestro tiempo, ya que, habiendo sido el tiempo de trabajo el que ha ordenado el resto de los tiempos de la vida, nosotras hemos tenido que tener la doble carga del empleo y el trabajo de cuidados.

Este motivo es lo que nos hace considerar que sea imprescindible un cambio en el modelo laboral que ponga a disposición de los y las trabajadoras bolsas de tiempo, es decir, que las empresas empiecen a ofrecer a sus empleados y empleadas horas de libre disposición para garantizar el tiempo de descanso y la conciliación con la vida. Permitiendo así que, por un lado las mujeres puedan tener más tiempo libre y los hombres puedan contar con más tiempo para las tareas de cuidados. Quiero recordar, que las empresas ya cuentan con bolsas de horas reservadas para aumentar las jornadas laborales de sus trabajadores y trabajadoras en momentos de mayor producción y toca ahora, en pleno siglo XXI, revertir esta situación y empujar hacia la disposición del tiempo libre para los y las empleadas.

Disponer de tiempo, junto a tener un sistema público de cuidados, empuja a la igualdad entre hombres y mujeres ya que el derecho al tiempo es lo que nos permite a las personas ser dueñas de nuestras decisiones.

Hasta ahora los modelos neoliberales han hecho que la vida sea aquello en lo que una misma no puede disponer de su propio tiempo, han generado modelos sociales que hacen que la vida sea eso que pasa mientras una va corriendo a todas partes, sin llegar y con sensación de asfixia permanente. Estos modelos hacen que nuestra vida se reduzca a ir a trabajar, agobiarte porque no puedes sacar adelante todo el trabajo que tienes, volver a casa, hacer las tareas del hogar, cuidar de los hijos e hijas – si has tenido la suerte de poderte permitir ser madre en la Comunidad de Madrid donde 400 euros del suelo se va en el cuidado de los niños y niñas y el 41% del sueldo al pago del alquiler-, y que finalmente tengas que terminar el día con un ansiolítico porque el día te ha arrasado sin poder hacer nada más que trabajar y cuidar.

Ante esta situación y teniendo el feminismo como bandera, desde Más Madrid apostamos por cambiar estos modelos y transitar a modelos en los que podamos trabajar menos para vivir mejor. Modelos laborales que nos permitan tener más tiempo libre para utilizarlo como queramos y empezar a contemplar el tiempo como un factor de bienestar, eficiencia y sostenibilidad.

En definitiva, apostamos por el derecho al tiempo para que, especialmente las mujeres, dejemos de tener carga mental, dejemos de tener que tener una doble presencia con un ojo en el teletrabajo y otro en los niños y las niñas, dejemos de tener que sobrevivir por el día a base de café y por la noche tomar ansiolíticos, dejemos, en definitiva de pensar que la vida no nos da para más.