La cocina del Palacio Real de Madrid abre a las visitas de público ofreciendo la posibilidad de conocer un espacio que ha funcionado como cocina «ininterrumpidamente» durante tres siglos hasta la Guerra Civil y que, desde Juan Carlos I, pasó a servir «de apoyo» a los banquetes de palacio.
«Esto servirá para mostrar un espacio donde los grandes manjares representaban la grandeza de la monarquía. Además, también era un sitio donde se cerraban los grandes acuerdos. El público podrá conocer unas cocinas en las que, al principio, era más importante la estética incluso que los sabores», apunta Rafael Ansón, presidente de la Real Academia de Gastronomía española.
Con Alfonso XIII dejó de utilizarse a pleno rendimiento, si bien el último presidente de la Segunda República, Manuel Azaña, llegó a emplearlas regularmente ya que el Palacio Real fue empleado como hogar del presidente durante este periodo.
Después de la Guerra Civil, sirvió como «punto de apoyo» para numerosos actos celebrados en palacio con Juan Carlos I, y en el año 2012 dejó de usarse. Uno de los momentos más importantes de esta última época fue la boda entre el por entonces Príncipe Felipe con Letizia, en el que las cocinas fueron «clave» para el banquete ofrecido en el patio, debido a la cercanía entre ambos espacios.
Respecto a los motivos que llevaron a no usar más estas cocinas está, por un lado, la «lejanía» respecto a los puntos principales del palacio. Una leyenda hablaba de que Alfonso XIII en el exilio celebró que por fin podría «comer caliente». Por el otro, el deseo de Patrimonio de abrir este espacio al público, al no haber una cocina real tan antigua como ésta.
RENOVACIÓN CON ISABEL II Y ALFONSO XII
La Real Cocina ocupa un ala del primer sótano en el Palacio Real y conserva sus instalaciones históricas, renovadas en gran parte entre 1861 y 1880 por voluntad de Isabel II y Alfonso XII –de hecho, la distribución y el equipamiento en su mayoría es del siglo XIX, con piezas también de la mitad del siglo XVIII–.
El visitante podrá atravesar distintos espacios en los que estaba dividido esta zona como, por ejemplo, la portería, el taller de repostería, la sala de fogones o la botillería. Una de las actuaciones más importantes dentro de las cocinas ha sido la habilitación de un nuevo acceso a la escalera del Príncipe desde el patio homónimo, así como la modernización de la instalación eléctrica.
Las visitas serán en grupos de 20 personas con un coste de cinco euros o un suplemento de cuatro euros para visitas generales. La duración será de entre 40-45 minutos y en invierno podrán ir ocho grupos y en verano diez.