Toulouse, ciudad francesa, apodada la “ville rose” en referencia al color que reflejan sus ladrillos al ser iluminados por el sol, es un verdadero oasis de encanto donde se mezcla historia, paisajismo, arquitectura, y mucho más. Hoy os traemos un pequeño recorrido por sus centros de interés más importantes.
Una ciudad surgida del río, para conocerla hace falta tiempo, pero sus lugares de interés se concentran en el centro urbano de la ciudad, un conjunto de barrios históricos que vale la pena recorrer uno a uno, Arnaud Bernard, Capitole, Saint-Georges, Saint-Étienne, Carmes y Saint-Cyprien, en la mayoría de estos barrios se puede comprobar la influencia arquitectónica romana.
Esta ciudad francesa no goza de tanta fama como Paris, pero también está cargada de monumentos históricos, museos, palacios, y al ser francesa evidentemente los jardines no pueden faltar. El Jardín de Plantes, data del siglo XVIII, es un increíble espacio donde la botánica se cuida con especial mimo, donde incluso podemos encontrar estatuas neoclásicas, está unido por pasarelas al Grand Rond y al Jardín Royal, paradas obligadas en un viaje a Toulouse.
Las catedrales e iglesias también están muy presentes en esta ciudad y vale la pena conocer al menos un par de ellas como la Catedral de Saint-Étienne, la Iglesia de Saint-Jérôme (que en realidad es un teatro), la Basílica de Saint-Sernin, y el Convento de los Jacobinos, escenario de la inquisición.
Francia arquitectónicamente debe mucho a la burguesía de los siglos XV y XIX, época en la que se construyeron grandes palacetes y hoteles que hoy son referencia histórica, arquitectónica, y patrimonio nacional. Un ejemplo de ello es el Hôtel d’Espie, en la rue Mage, actual consulado de Bélgica, o el renacentista Hôtel d’Assézat, en la rue de Metz, actualmente cede del Museo de la Fundación Bemberg donde se expone una excepcional colección de arte.
Tanta Historia puede resultar realmente agotadora, Toulouse también ofrece espacios de ocio y recreación como mercadillos y plazas, aquí el “terraceo” está a la orden del día en especial en la plaza de Carmes, por la noche las estrellas son dos bares míticos de la ciudad, Le Carbet d’Oc, y el Borriquito Loco.
Para finalizar este breve recorrido por la “ville rose” pasamos por Saint-Georges, corazón actual de la ciudad donde se da cita la burguesía bohemia, y donde a pocos pasos podemos toparnos con el Place du Capitole, considerada la plaza más bonita de Francia, donde se juntan la Opera de Toulouse, el ayuntamiento, hoteles, y mercados. Sin duda el suvenir más bonito que nos traeremos a casa será el recuerdo del atardecer sobre el Garona.